Javier Gárate: «Hay otro mercado laboral, y en la norma estamos aún en 1980»

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

El catedrático de Derecho cree que la consecuencia de ese desequilibrio es la desprotección de los trabajadores

01 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Expertos de todo el mundo debaten desde ayer en Santiago en el vigésimo octavo congreso de la Asociación Española de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social. Javier Gárate, uno de los grandes nombres en España en esa especialidad, de la Universidade de Santiago, fue uno de los ponentes en la primera sesión de un encuentro que finaliza hoy.

-El simposio aborda en qué medida el marco legal se adapta a las nuevas formas del trabajo. ¿En qué situación estamos?

-Pues estamos aún en 1980, para decirlo claramente. Hay otro mercado laboral, con una descentralización productiva, y el marco legal es el del año 1980, cuando aprobamos el Estatuto de los Trabajadores. No se ha adaptado. Esa desactualización es imputable al derecho español, y al del resto de países de Europa y del mundo. Nosotros estamos incluso mejor que algunos países de la UE.

-¿En qué ejemplos concretos se puede ilustrar ese desequilibrio entre la realidad y las leyes?

-Primero, en el propio concepto de descentralización productiva. El Estatuto, en su artículo 42, todavía habla de contratas y subcontratas de la propia actividad. Y el Supremo, equivocadamente, ha entendido lo de propia actividad en un sentido reduccionista.

-¿A qué se refiere?

-Muy sencillo: según ese criterio, muy pocas actividades son de la propia actividad, con lo cual se expulsa de la protección a los trabajadores que están ocupados en la descentralización productiva, cada vez más habitual.

-¿Qué ejemplos concretos hay?

-Todos los que no son actividad nuclear, central. Aena y la limpieza aeroportuaria; la limpieza de un hospital o la promoción inmobiliaria y la construcción de las viviendas. Según el Supremo, no es de la propia actividad. Y yo me pregunto: ¿Cómo que no es de la propia actividad? Esto sorprende. Y genera desprotección para la mayoría de los trabajadores que prestan servicio en la descentralización.

-¿Cómo se puede corregir esto?

-Rompiendo con el concepto de propia actividad y hablando precisamente de descentralización productiva. Hay que fijarse en las funciones productivas, sean nucleares o complementarias. Es decir, que pase de ser algo excepcional a la regla general.

-¿No cree que en España hay una larga tradición de pensar que los problemas del mercado laboral se resuelven con reformas, más que con el modelo productivo?

-Ha habido un exceso de reformas, y que el mejor funcionamiento del mercado laboral viene cuando está menos interferido. Si hay que regular, que lo hagan los sujetos de la negociación colectiva. La intervención estatal está siempre condicionada por decisiones políticas, que son cambiantes, dependiendo del Gobierno de turno. El grado de efectividad, con todo mi pesar, ha sido muy bajo. De las crisis se ha salido por el dinamismo de la economía, no por las leyes.

-¿Qué le parece la reforma laboral del PP?

-Ni peor ni mejor que las anteriores. Es probable que se sobrasen algunas cosas.

-¿Por ejemplo?

-El debilitamiento de la posición del trabajador en la negociación. Queramos o no, se había fortalecido mucho la negociación de empresa, y eso ha ido en detrimento de la negociación del sector, cuyo poder negociador es débil, y en épocas de crisis más.

-¿Y eso no se hizo con la finalidad clara de devaluar los salarios para ganar competividad?

-Si no se llevó a cabo con esa intención, desde luego ha sido una de sus principales consecuencias.

-¿Y qué le parece la creciente pobreza laboral?

-Yo veo a mi alrededor trabajadores que cobran cada vez menos. Y a eso habrá que ponerle fin., aunque no se recupere todo.