«Las tiendas de 'apps' moverán 80.000 millones dentro de 2 años»

M. López REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Dice que las empresas, de todos los sectores, deben crear productos y servicios digitales para sobrevivir

27 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Experto en transformación digital empresarial, Santiago Miralles se ha convertido en un experimentado divulgador de las técnicas que permiten competir en la era tecnológica. Un proceso que todos los sectores sin excepción, especialmente el de la empresa, se ven abocados a abordar en los próximos tiempos para su óptimo desarrollo. Ingeniero de telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Cataluña, Miralles impartió recientemente en Santiago unas ponencias específicas para formar directivos en este ámbito. El también profesor del IESE Business School habló de la importancia del denominado cloud computing planteado como tecnología o estrategia y de la importancia de crear y capturar valor en esta nueva etapa donde la tecnología y la digitalización adquieren una preponderancia determinante para prosperar.

-¿Sin transformación digital no hay empresa?

-Sin duda, es un camino que tienen que emprender las empresas para conseguir mantenerse en el mercado en un entorno muy cambiante, porque la tecnología hoy está muy generalizada. Están obligadas a cambiar porque, de lo contrario, corren el peligro de quedarse atrás, tienen que modificar la manera de hacer negocio.

-¿Cuál será el alcance de esa mutación?

-Las tiendas de aplicaciones (apps) hace diez años no existían y se espera que en el 2020 el volumen de negocio que generen sea de 80.000 millones de euros. Esas mutaciones seguirán ocurriendo porque la tecnología se acelera y los cambios que se han producido entre el 2010 y el 2018 se van a reproducir dentro de cuatro años, después dentro de dos... Las empresas se tienen que adaptar y desarrollar nuevas habilidades y competencias y crear productos y servicios digitales para sobrevivir. Esa es la transformación digital. 

-¿Entonces el negocio tradicional ya no tiene futuro?

-Es muy difícil que logre recuperar el volumen de negocio de hace más de una década, aun incorporando tecnología, sencillamente porque otros han ocupado su sitio. Ha de mirar al mercado no con los ojos de lo que sabe hacer, sino con la vista puesta en las necesidades actuales de sus clientes y otras formas para satisfacer esas necesidades: tecnología, talento, creatividad...

-¿Entonces las empresas nativas digitales parten con ventaja en este nuevo escenario?

-Yo no creo que las compañías surgidas a partir de la tecnología lo hayan tenido más fácil. Hay muchísimas que han fracasado. Lo que ocurre es que hablamos de las que han triunfado, como Amazon, Apple o Google. No me atrevo a reconocer quién hace más esfuerzo, porque las tradicionales tienen un mercado, un negocio, unos clientes y tienen la posibilidad de evolucionar sobre eso; las nuevas tienen que partir de cero. No me atrevería a decir qué es más difícil o dónde hay más esfuerzo. Tanto las nuevas como las tradicionales, todas tienen oportunidades.

-¿La implantación de Internet ha supuesto un revolcón para sectores como el cine, las discográficas, la comunicación en general, con plataformas que ya sustituyen a las grandes productoras?

-La disrupción digital ha afectado a toda la industria. En el caso de los grandes sellos discográficos, estos estaban en sus cosas y no supieron ver que el mercado demandaba otras. Lo mismo ha ocurrido con las agencias de viajes, la venta directa de billetes de avión y muchas otras. El caso más reciente lo muestran las grandes plataformas. Hoy en día la tecnología no es cara, lo que sí es difícil es tener contenidos de prestigio. Netflix, por ejemplo, invierte miles y miles de millones de dólares cada año en ello. Amazon o Apple contratan a grandes actores de Hollywood para crear series con contenido propio. Lo que ocurre es que las tecnológicas se van a producir contenido y las de producción de contenido están yendo hacia las plataformas, como es el caso de Disney. Es una convergencia de los sectores hacia un mismo entorno: el del entretenimiento.