España ha recuperado buena parte del empleo perdido durante la crisis -aunque aún le faltan 1,2 millones de afiliados a la Seguridad Social para igualar el nivel de cotizantes que había en el 2007, antes del crac económico-, pero lo ha hecho a costa de mantener una elevada tasa de temporalidad. Tanto es así que al cierre del año pasado 2017 la ratio de empleo eventual era, con mucho, la más alta de toda la Unión Europea.
Los datos los facilitó ayer Eurostat y sitúan la tasa de trabajadores con contratos temporales en el 26,8 %, casi el doble que la media de los Veintiocho, un 14,5 % de asalariados eventuales. Los siguientes países con niveles más altos son Polonia (26,1 %), Portugal (22), Holanda (21,5) y Croacia (20,6). En el extremo contrario, entre los países con mayor estabilidad en el empleo -aunque eso no quiere decir que alguno pueda tener paro elevado- destacan Rumanía (1,2 %), Lituania (1,7), Letonia (3), Estonia (3,1), Bulgaria (4,4) y el Reino Unido (5,6).
Esta problemática afecta de manera especial a los jóvenes. En España, según la agencia estadística de la UE, entre los trabajadores de 15 a 24 años prácticamente tres de cada cuatro (el 73,9 %) tienen un empleo temporal. Le siguen Eslovenia (71,6 %), Polonia (68,2), Portugal (65,9), Italia (61,9), Croacia (60,8) y Francia (58), en todo caso, muy por encima de la media comunitaria, del 43,9 %.
Entre los asalariados de mediana edad, de 25 a 54 años, la temporalidad es más reducida (el 12,2 % de media en la UE), mientras que en los más cercanos a la jubilación la ratio cae casi a la mitad (6,7 %). Eso sí, entre las mujeres europeas la proporción es mayor que entre los hombres (un 14,8 %, un punto más), y ocurre igual en los países del euro frente al resto (16 frente a 14,5 %).
Otra estadística de publicación reciente, esta vez de la CEOE, revela que seis de cada diez contratos a tiempo parcial firmados en el 2016 fueron de carácter involuntario. Es decir, que el trabajador hubiera preferido ser contratado por más horas, pero no le dieron elección.