Los nuevos brazos robóticos de PSA revolucionan la automoción gallega

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

VICTOR CAMESELLE

Veloces e infalibles, los UR10 ya trabajan a tres turnos

27 jun 2019 . Actualizado a las 12:22 h.

Trabajan a tres turnos o a los que haga falta, no necesitan parar para tomar el bocadillo, y tienen cero absentismo laboral. Su única pega es que necesitan un humano a su lado para ser efectivos. Son los UR10, la nueva generación de robots colaborativos de PSA, que ha elegido el centro de producción de Vigo como uno de los primeros para iniciar su despliegue por todo el grupo.

El segundo mayor fabricante de automóviles de Europa, obsesionado con aumentar el rendimiento de las fábricas y reducir los costes de producción, ha apostado por los brazos inteligentes más avanzados desarrollados por Universal Robots como parte del plan para conseguir «la fábrica excelente».

Los resultados del nuevo sistema de ensamblaje robótico incluyen la mejora de la ergonomía de los trabajadores y suponen un ahorro considerable. 

«Elegimos el robot UR10 por su alcance, facilidad de programación y seguridad, y estamos muy impresionados con la rapidez con la que esta iniciativa se ha amortizado», explica Cedric Grandjean, especialista de ensamblaje en fin de línea en el Grupo PSA.

Menos costes, más seguridad

«Por lo general, cuando implementamos nuevos robots, esperamos una pérdida inicial en la producción, pero eso no ha sucedido en este caso. De hecho, nuestro retorno de la inversión está siendo de entre 6 meses y un año, dependiendo de la fábrica», asegura el directivo.

PSA Sochaux, en Francia, que fabrica 400.000 vehículos al año, fue la primera planta del grupo que incorporó a la línea de ensamblaje los UR10 para una operación colaborativa exclusiva de atornillado.

En este caso, ya no es el trabajador el que tiene que situarse debajo del coche. Los robots están montados sobre una plataforma móvil que se sitúa bajo el vehículo en producción. Los operarios colocan el automóvil en su lugar y el brazo robotizado maneja la operación de atornillado, ergonómicamente arriesgada bajo el coche, mientras los trabajadores continúan con otras tareas de montaje.

Los ingenieros de PSA tardaron 8 mes en programar los robots en Sochaux. Ahora esta tecnología avanzada se está implantando en las demás fábricas francesas y llega también a PSA Vigo.

«La industria del automóvil ha sido la pionera en utilizar robots, pero la mayoría de estas aplicaciones de automatización están en la parte pesada de la producción de carrocerías y pinturas, mientras que el ensamblaje todavía utiliza mano de obra», explica Jacob Pascual-Pape, gerente de operaciones para el sur de Europa en Universal Robots.

«Eso hace que esta aplicación sea innovadora. Ahora, UR10 está asumiendo tareas como el atornillado en la línea de ensamblaje, aliviando así a los empleados de trabajos ergonómicamente desfavorables, que tampoco pueden hacer los robots industriales convencionales», aclara el directivo.

Más producción y más empleo

Dice la multinacional que la robotización, lejos de lo que pudiera parecer, ha incrementado sensiblemente el número de puestos de trabajo. ¿Por qué? «Porque la automatización nos ha ayudado a tener un personal más competitivo, a aumentar nuestros pedidos y a producir más», explica el grupo.

«El resultado ha sido más turnos de trabajo, más horas de producción y, en consecuencia, mayor empleo» dice la multinacional que, en los últimos tres meses ha incrementado en Vigo su plantilla en casi medio millar de trabajadores (ronda los 6.500), necesarios para el programa de lanzamientos en el que se encuentra inmersa.

Aunque sobre el modelo de contratación, de elevada eventualidad, las centrales sindicales tendrían mucho que decir en este reportaje.

Vigo, factoría modelo

Cuando hace diez años Citroën inició la instalación masiva de robots y autómatas, la factoría viguesa no llegaba al 30 % de automatización. La cadena era atendida mecánicamente por operarios. La producción del ejercicio de 1991 no superó los 205.000 automóviles (sobre 1.100 vehículos por día).

Hoy Vigo es la factoría modelo en la que el grupo aplica sus principales innovaciones. Si el programa de producción se cumple, la planta superará este años las 500.000 unidades fabricadas.

La multinacional convierte su planta viguesa en laboratorio de la fábrica del futuro

Desde que el portugués Carlos Tavares está en la presidencia de PSA (febrero del 2014), la multinacional francesa se ha propuesto enarbolar la bandera de la innovación en Europa, y en muchos aspectos lo está consiguiendo, con el apoyo de la automoción gallega (un clúster de 116 proveedores de componentes con el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia como gran aliado de la innovación).

Al empeño en el vehículo autónomo, que desde que salió de Vigo hace más de un año ha recorrido más de 200.000 kilómetros sin manos al volante; o la electrificación de toda la gama en el 2025, con las ya pioneras furgonetas gallegas Berlingo y Partner al frente, suma ahora otra meta: la de llevar la revolución 4.0 a sus fábricas.

La multinacional tiene claro lo que quiere hacer con sus plantas, al menos con las factorías insignia del grupo. Sus equipos de innovación no paran de hacer realidad virtual para adelantar cómo será el modelo de producción de sus plantas en torno al año 2030.

Todo lo recreado en las imágenes es ahora ficción, pero basada en hechos reales. La planta de Balaídos cuenta en estos momentos con alrededor de 1.200 robots y decenas de cobots y vehículos autónomos.

Esas nuevas factorías estarán altamente robotizadas, porque la prioridad será la capacidad de respuesta a los pedidos personalizados de los clientes, y la entrega del vehículo con la garantía de cero defectos.

El propio fabricante explica que la tecnología instalada en esas plantas futuristas permitirá detectar cualquier tipo de fallo y corregirlo sobre la marcha.

El triple lanzamiento, ya

Mientras llega ese momento, la planta gallega se aproxima a otro de sus momentos históricos. A la vuelta del verano dará luz verde al triple lanzamiento de vehículos lúdicos o ludospace (Citroën Berlingo, Peugeot Rifter y Opel Combo). Es uno de los productos estrella del grupo pensado para incrementar sus ventas en los próximos 5 años, ya que de la planta de ensamblaje de Vigo saldrán de media 250.000 unidades al año (es la previsión).

«Estamos evolucionando mucho en la fábrica de Galicia y nos alegra profundamente el camino que está tomando», manifestó recientemente el presidente del grupo, que el próximo mes estará en Vigo junto con el rey Felipe IV en los actos de celebración del 60 aniversario.

La factoría cumple 60 años con más de 13 millones de coches hechos en Vigo

Citroën llegó a Vigo en 1958. En 1960 empleaba a 500 obreros que produjeron 3.600 vehículos. Medio millar de personas hacían solo diez coches al día. La factoría de PSA instaló su primer autómata (máquina programada que realiza operaciones mecánicas) en 1978; y su primer robot (máquina con visión, sensores y capacidad de movimiento por sí misma) no llegó hasta 1980. Hoy los robots son los encargados de realizar las tareas más peligrosas, precisas y repetitivas, como el pintado o las soldaduras, pero también son responsables de los controles de calidad. De las instalaciones de Vigo salen cerca de 2.000 unidades al día, hasta superar los 13 millones fabricados en los 60 años que en junio va a celebrar por todo lo alto.