Una economía llena de falsos Nobel

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / AGENCIA

ECONOMÍA

JESSICA GOW | Efe

La distinción creada por el Banco de Suecia cumple 50 años con la duda: ¿se premia la ciencia o la ideología?

15 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Este próximo otoño se cumplirán 10 años del crac financiero global que ninguno de los economistas laureados con el Nobel vio venir. No están para eso estas mentes despejadas que, desde 1968, reciben cada año la prestigiosa distinción que lleva el nombre del inventor de la dinamita. El Nobel de Economía cumple 50 años en pleno debate: ¿galardón a la ciencia o a la ideología?

No es una cuestión menor si se tiene en cuenta que la mayoría de los condecorados son estadounidenses, seguidores del neoliberalismo que emana de las aulas de la Universidad de Chicago. De hecho, este centro acumula el mayor número de premios nobel de economía del mundo, con 28 de los 78 agraciados, el 30 %.

Dicen que si Alfred Nobel (Estocolmo 1833-San Remo 1896) levantara la cabeza se cargaría de un plumazo esta categoría. No solo porque cuando dejó como legado destinar su fortuna a premiar aquellos campos que hacían mejor al ser humano nunca pensó en la economía, sino por la arbitrariedad en su concesión.

Sin embargo, la Academia Sueca lleva medio siglo vistiéndose de gala para alimentar esta traición al legado de Nobel. Según los historiadores, él no simpatizaba con la economía ni con las finanzas.

En el 2004, Peter Nobel, uno de sus herederos, denunció públicamente que el verdadero nombre de esta distinción que cumple 50 años es Premio del Banco de Suecia de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, «pero no se trata de un Nobel, aunque lo entregue la Academia Sueca», manifestó.

Este «falso Premio Nobel de Economía» fue creado por el Banco de Suecia, con motivo de su 300.º aniversario con una dotación de un millón de dólares.

La web de la Fundación Nobel distingue entre los galardones con pedigrí, es decir, los elegidos por su fundador y por lo tanto los únicos dignos de llevar su apellido, y el Premio en Ciencias Económicas, término que utiliza la fundación para referirse a él.

Ilustres meteduras de pata

La historia de estos reconocimientos está llena de meteduras de pata. Entre las más sonadas, la distinción de Milton Friedman en 1976, que resultó ser asistente de Pinochet durante el golpe militar.

Controvertido también fue el concedido en 1997 a Robert C. Merton y Myron S. Scholes, por el nuevo método que desarrollaron para calcular el valor de los derivados. Lo pusieron en práctica en el hedge fund Long Term Capital Management (LTCM), que ellos mismo fundaron, y el fondo quebró un año después desatando tal cataclismo financiero que la Reserva Federal tuvo que salir al rescate.

En medio de la polémica que suscitan sus decisiones, el comité sueco entona el mea culpa sobre la falta de mujeres y de diversidad geográfica de los galardonados y se propone cambiar.