Así pude ser directivo por un día

F. F., M.S.D., D.C. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Cibrao Flores y  Tino Fernández
Cibrao Flores y Tino Fernández CESAR QUIAN

La experiencia de tres jóvenes estudiantes con directivos gallegos de grandes empresas

04 may 2018 . Actualizado a las 10:42 h.

Durante las últimas semanas, 70 estudiantes gallegos de diferentes ramas han compartido una jornada de trabajo con otros tantos altos cargos de algunas de las más importantes empresas de Galicia. Es una iniciativa de la AED que combina la orientación académico-profesional con una experiencia que les permite conocer en primera persona la realidad empresarial.

ALTIA: CIBRAO FLORES CON TINO FERNÁNDEZ

«Me atrae la idea de montar una empresa»

d. c.

La dirección de Altia, a través de su presidente, Tino Fernández, desmenuza uno por uno todos los departamentos de la empresa tecnológica gallega para mostrarle a Cibrao Flores, coruñés de 24 años que pese a su juventud acumula un currículo académico notable, los entresijos de una compañía que compite al más alto nivel con las grandes de la tecnología. «Lo que más me ha impresionado es la dificultad que supone gestionar a un grupo tan grande de personas». Se refiere Cibrao Flores al millar de empleados que conforman la plantilla de Altia. A punto de finalizar su segundo máster en Administración y Dirección de Empresas, después de terminar otro curso de alta especialización en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, este joven coruñés reconoce que su futuro profesional está muy abierto aún, pero le atrae especialmente la idea de montar su propia empresa. Porque ha comprobado en Altia la importancia que tiene ver la oportunidad del mercado para introducirse en él. Por su parte, Tino Fernández le ha explicado: «Lo que nos hace diferentes es la necesidad de actualizarnos al instante, estar muy atentos a los cambios, cómo aplicarlos en los proyectos, disponer de conocimiento y aprovechar las oportunidades. Porque -matiza- este negocio va especialmente rápido». Cibrao Flores ha visto la empresa desde diferentes perspectivas: desde su origen hasta en qué se ha convertido, su actividad, su implicación con la innovación, la transformación digital y tecnológica de sus clientes, sus valores y, en definitiva, su forma de ser.

FRIGORÍFICOS VIGO (FRIVIGO): MARÍA MÁRQUEZ CON DARÍO IGLESIAS

«Mira, María: tener liderazgo ha de ser tu principal habilidad»

Darío Iglesias y María Márquez, en Frivigo
Darío Iglesias y María Márquez, en Frivigo M.MORALEJO

m. s. d.

A las 8.45 de la mañana, caminar por la dársena 4 del Puerto de Vigo tiene más peligro que cruzar a pie una autopista en hora punta. María Márquez esquiva como puede enormes tráileres que entran y salen de las instalaciones de Frigoríficos de Vigo (Frivigo), un gigante del congelado que mueve 120.000 toneladas de mercancía al año. Acaba este año Dirección y Administración de Empresas en la Universidade de Vigo, y su jornada de directiva por un día empieza en el despacho de Darío Iglesias, director general de la compañía, que desde el primer momento se implica en la labor de coach con una alumna especialmente aventajada. «He trabajado en la banca y en servicios sanitarios, pero nunca ves el día a día del directivo, porque suele ser alguien inaccesible. Por eso esta experiencia me aporta muchísimo», afirma. No es ese el caso de su tutor, que alecciona a María desde la experiencia del cargo que ocupa desde hace tres años, tras una intensa carrera profesional en el sector pesquero. «Mira, María: la principal habilidad que ha de tener un directivo es liderazgo. Créeme, es tan importante gestionar tu negocio como saber gestionar bien tu equipo humano. Sé creativa y no temas asumir los cambios», le explica Darío, que ha puesto los despachos y naves de la empresa a disposición de la futura directiva. «Me ha permitido asistir a dos reuniones de organización y a una charla privada. Me llevo muchas cosas. ¿Lo principal? Que las empresas las hacen las personas que trabajan en ellas», asegura.

GAS NATURAL FENOSA: pABLO DE LA IGLESIA CON mARÍA LANDEIRA

«No sé si acabaré aquí, pero me gusta el ambiente»

María Landeira y Pablo de la Iglesia
María Landeira y Pablo de la Iglesia MARCOS MÍGUEZ

f. f.

Pablo de la Iglesia no da crédito a la frenética actividad en la que vive inmersa María Landeira. «¡Qué cantidad de cosas tiene en la cabeza, y se acuerda de todas!», se sorprende este joven alumno coruñés de 23 años. Estudia el último curso del máster de Ingeniería Industrial en Vigo y dentro de unos meses se enrolará en el proceloso mercado laboral. No sabe bien en dónde le gustaría trabajar, pero ayer quedó encantado con lo que vio en Gas Natural Fenosa. Allí, en la sede central en Galicia de la multinacional, situada en A Coruña, se convirtió por un día en la sombra de la directora de renovables en la comunidad. Y no pararon, claro, porque María está viviendo unos meses de vértigo para conseguir, sí o sí, que este año arranquen las obras de una media decena de parques eólicos. En la compañía hablan del Plan 667, que toma su nombre de la cantidad de megavatios renovables que tendrá que instalar en toda España en los dos próximos años. Por la mañana tocaron varias reuniones para ver cómo iban los proyectos, y a mediodía, viaje a Santiago, a la Consellería de Industria. «Seguro que os parece un poco pesado, pero es así», lamenta María, pero Pablo abre los ojos como platos para negar con la cabeza. Al revés. «Es muy interesante, me sorprende la cantidad de trámites que hay que resolver para construir un parque», confiesa. «No sé si acabaré aquí, pero me gusta mucho el ambiente, se trabaja muy en serio», añade el estudiante. María anda acelerada, pero no descuida a su entusiasta alumno.