«En A Granxa me ayudaron mucho con los trámites»

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

Juan Carlos Represas, que realizó un ciclo medio de Producción Agroecolóxica, es propietario de una casa de turismo rural situada en Mondariz

02 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Carlos Represas (Ponteareas, 1976) es propietario de A Cantaruxa Maruxa, una casa de turismo rural con huerta ecológica situada en Mondariz. Es el respeto a la naturaleza y la sostenibilidad el punto fuerte del establecimiento. Para poder desarrollarlo, Juan Carlos realizó un ciclo medio de Producción Agroecolóxica en el centro integrado de FP (CIFP, un instituto donde solo se ofrece formación profesional) de A Granxa, en Ponteareas.

Juan Carlos, que terminó su formación en el 2014, llevaba tiempo pensando en arreglar la casa familiar de sus suegros para convertirla en un espacio de turismo rural. Pero quería que tuviese un plus relacionado con el cultivo ecológico, ya que su idea era abastecer la cocina del hotel con este tipo de productos, y por eso necesitó acudir a la FP. Como la idea la tenía clara y ya contaba con el edificio, Juan Carlos no necesitó las instalaciones del vivero de empresas de su instituto, aunque sí le fue muy útil el apoyo de los profesores para dar los primeros pasos del local: «En A Granxa -explica- me ayudaron mucho con los trámites. Había que buscar mucha información de todo el proceso, las subvenciones a las que me podía acoger, y todo debe hacerse en poco tiempo».

A Cantaruxa Maruxa es propiedad de Juan Carlos y su mujer, Lorena Durán, así como de su suegra, Raquel Quesado, que se encarga de la cocina, «y su labor es muy reconocida entre los huéspedes». Todos los clientes tienen incluido con la habitación un completo desayuno casero, y pueden encargar la cena, pero no hay una oferta constante para las noches: «Como usamos productos frescos y de la zona, necesitamos la reserva para poder adquirirlos si no los tenemos nosotros». Las brochetas de solomillo y las cremas de calabaza o puerros son algunas de las estrellas de su menú.

Los fines de semana se ocupan todas o casi todas las cinco habitaciones (cuatro dobles y una suite) de que dispone la casa, y la huerta a veces sirve para que los huéspedes participen de las labores agrícolas, o bien organizan visitas guiadas con explicaciones sobre lo que después van a consumir. En ocasiones, la casa se alquila a una familia en su totalidad o a un grupo -«suele ocurrir en Fin de Año, por ejemplo», explica Juan Carlos- y en general padece del mismo problema que otras casas similares: la estacionalización.

Juan Carlos Represas está muy satisfecho con su paso por el instituto de A Granxa, cree que la formación obtenida ha sido muy útil y el apoyo recabado del profesorado, aunque no fue un acicate para montar su negocio, sí tuvo un gran impacto porque le facilitó el papeleo, a veces la parte más ingrata del emprendimiento.