Sonia Castro y María Jesús Mosquera: «Al cerrar Viriato nos tuvimos que hacer autónomas»

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi ORDES / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Ambas lamentan la gran carga impositiva que soportan las trabajadoras por cuenta propia

01 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis del textil en la comarca de Ordes, y la caída de su principal empresa, Viriato, dejó a decenas de mujeres en la cuneta. Algunas incluso mantenían con ese sueldo unos hogares en los que el varón estaba también parado. Ante la falta de expectativas para hallar empleo por cuenta ajena, algunas no tuvieron más opción que transformarse en trabajadoras por cuenta propia para llevar ingresos a casa. Fue el caso de Sonia Castro y de María Jesús Mosquera, de 42 y 48 años, que siguen en la misma profesión, pero trabajando desde el hogar. «Al cerrar Viriato en Ordes, hace ahora año y medio, nos tuvimos que hacer autónomas», aseguran. Tanto una como otra llevaban más de una década trabajando para Senla Punto, una firma auxiliar cuya principal carga de trabajo eran los pedidos de Viriato. Al caer la compañía, tuvo que cerrar también este taller. Y ambas se fueron a la calle.

Sonia y María Jesús trabajan ahora para varios clientes y también para Jealfer, la filial de moda de la conservera Jealsa, que es la nueva dueña de la marca Viriato, la histórica del textil fundada en Ordes en 1959. «Las condiciones como autónoma no son demasiado buenas; es cierto que ahora tenemos la bonificación de los 50 euros, pero yo facturo al mes, en bruto, incluyendo el IVA, unos 1.300 o 1.400 euros, como mucho; esto significa que limpios me quedan unos 700 euros», se lamenta María Jesús, quien recuerda que cuando estaba como empleada en Senla Punto ganaba más, unos 1.040 euros por ocho horas de trabajo diarias, cinco días a la semana. A sus 42 años, Sonia Castro ha trabajado toda la vida en el sector textil, en el que empezó a los 17, antes incluso de cumplir la mayoría de edad. Su vida laboral ha transcurrido por distintas empresas, pero la última en la que estuvo fue Senla Punto. Allí levaba 13 años.

«Es cierto que al caer Viriato buscamos trabajo por cuenta ajena; y algo encontramos, pero lejos, en la zona de Carballo y Arteixo, por lo que, si tienes cargas familiares, es imposible; por eso decidí darme de alta en autónomos», recuerda esta trabajadora. María Jesús y Sonia insisten en que, pese a la anunciada recuperación económica, de la comarca de Ordes se ha ido gente ante la falta de expectativas laborales. «Hay bares que dicen que tendrán que cerrar porque la gente se ha marchado», asegura Sonia.

De dónde vienen

Senla Punto. Dedicada a la fabricación de prendas de vestir, fue creada en Ordes en el 2002. Era un taller textil que trabajaba en un 80 % para Viriato, la empresa que cuando cerró a finales del 2016 tenía 120 empleados.