Las familias gallegas del motor ganan tamaño en un sector en concentración

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Compras, fusiones y cierres redujeron de 250 a 190 la red de concesionarios en 10 años

30 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La venta de coches vuelve a ser un buen negocio. La recuperación económica ha devuelto esplendor a unas cifras de facturación que, a pesar de la ausencia de ayudas a la compra, cerraron el 2017 con una subida cercana al 4 % que se traduce en algo más de 1.300 millones de caja en la comunidad gallega.

No es que el mercado haya recuperado los niveles de su época gloriosa (años 2007 y 2008). Pero el pasado ejercicio ha sido el de mayor facturación, porque se cerró con los mejores resultados de ventas de la época poscrisis (43.000 unidades vendidas); y también porque el precio de los vehículos, a pesar de los descuentos que ofrecen los concesionarios, no ha dejado de encarecerse.

Con estas cifras, la rentabilidad media del sector se elevó el pasado ejercicio hasta el 1,8 % sobre la facturación.

Este repunte del mercado sitúa a Galicia entre las cinco comunidades más potentes del sector del automóvil, con algo más de 8.000 empleados y 190 puntos de venta de vehículos, frente a los 250 que había hace 10 años.

El perfil del segmento gallego se caracteriza por su creciente concentración, ya que una decena de empresas del motor de origen familiar son a día de hoy grandes corporaciones (superando los 100 millones de facturación), que acaparan ya casi la mitad de la cuota de mercado. 

Comprar o ser comprado

No se trata de crecer por crecer, sino de ganar economía de escala por pura supervivencia del negocio. Así lo explica Faconauto, la patronal española del sector de concesionarios. «Por debajo de una cifra de ventas de 500 coches al año la rentabilidad baja del 0,7 %. Los concesionarios deben tener una rentabilidad mínima del 3 % sobre facturación para ser viables y eso requiere tener cuantas más marcas mejor, para poder vender muchos coches», asegura el portavoz de la red comercial. «Esto, en el caso de Galicia ha hecho que grupos familiares, que son los que han lanzado los procesos de concentración, se hayan convertido en estos momentos en grandes empresas», añade.

Así se entienden las operaciones de fusiones y adquisiciones que se han venido produciendo en el mercado gallego del automóvil que en estos momentos lidera Pérez Rumbao, con 180 millones de facturación conjunta de las empresas del grupo (venta, reparación y servicios) y 344 empleados, según el Informe Ardán 2018, con las cuentas del ejercicio 2016, que elabora el Consorcio de la Zona Franca de Vigo.

Según este mismo informe, el grupo Louzao factura en el conjunto de sus empresas 113 millones, con una plantilla de 193 trabajadores. El Grupo Breogán cerró el ejercicio recogido en Ardán 2018 con 52 millones facturados en su red de ventas y reparaciones; casi igualado con el Grupo Caeiro, que rozó los 53 millones. 

Ditram, Grupo Brea, Celtamotor, Noyamóvil o Lugomotor son otros grandes grupos del sector, que sigue transformándose por exigencias del mercado.

Entre las operaciones más recientes destacó, el pasado mes de enero, la compra de Garza Automoción, el concesionario de Mercedes de Ourense, por parte de Louzao. El grupo coruñés se había hecho un mes antes con la comercializadora de Mercedes en Vilagarcía de Arousa.

También en febrero de este año la firma Compostela Motor, dedicada a la comercialización de coches de la marcha Seat desde hace 30 años, adquirió Marineda Motor, un histórico de la automoción coruñesa. 

Mirando al futuro

Compostela Motor es un grupo con 50 empleados que, en su último informe anual, declaraba una facturación de 10,8 millones de euros. Con la suma de Marineda (30 empleados), se convierte en el gran referente de Seat (una de las mayores marcas por ventas) en Galicia.

Lo resumen fuentes de la propia red comercial gallega. «El futuro de nuestros concesionarios pasa por que ganemos tamaño y nos convirtamos en grandes grupos de la distribución. Esto nos permitirá hacer una planificación prudente y realista en términos de caja y no de retorno sobre ventas», explica un empresario.

Pero además de la rentabilidad, el negocio de la venta de coches tiene que afrontar muchos más retos, acelerados con la llegada del vehículo conectado y, algún día, autónomo.

Se habla ya de convertir el concesionario en un lugar de experiencia. Por ejemplo, Pérez Rumbao acaba de inaugurar en Vigo un concesionario Volkswagen pionero en innovación que dispone de un área dedicada a la realidad virtual con un simulador que permite a sus clientes sumergirse dentro del último modelo de Volkswagen y personalizarlo a su gusto.

«También para esto hacen falta grandes grupos de distribución, porque de lo contrario no tendrán capacidad para hacer las inversiones necesarias que permitan aprovechar las posibilidades que ofrecen el big data y el Internet de las cosas, del que pronto el automóvil será una pieza clave», explican.