La banca plantea ahora compartir sucursales en municipios sin oficinas, 41 en Galicia

j. m. c. / r. s. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Santi M. Amil

Esta vía ya se encuentra muy desarrollada en otros países como Estados Unidos y Canadá

13 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con más de un millón de españoles sin acceso a sucursales bancarias en los municipios donde residen, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, planteó ayer una solución para que estos ciudadanos puedan seguir contando con los servicios de sus diferentes sucursales: acuerdos de colaboración entre las entidades para que acudan a esas localidades en las que ya ninguna de ellas disponen de oficinas. Se trata de alcanzar a «esquemas cooperativos de ofrecimiento de servicios financieros básicos», dijo Roldán tras la asamblea anual de la organización.

La fórmula planteada se basaría en programas pactados entre las entidades para que lleguen a los municipios sin oficinas de forma periódica -una o varias veces a la semana- «de forma rotatoria» para que todos los bancos se impliquen en evitar la exclusión financiera. «Los procesos cooperativos pueden tener sentido para el mundo rural en el que va a ser difícil que ya tengan acceso a la presencia bancaria física permanente», dijo Roldán. Esta vía ya se encuentra muy desarrollada en otros países como Estados Unidos y Canadá, donde existen amplias zonas geográficas sin sucursales en sus poblaciones.

En la comunidad hay ya 41 municipios en los que se carece de servicios financieros; y en otros 90 solo hay un banco. En estos municipios viven unos 240.000 gallegos.

Aquí, algunas entidades como Abanca -socio de la AEB y la entidad con mayor red en la comunidad- o el Sabadell desplazan ya oficinas móviles a zonas que se han quedado sin sucursal, para atender, sobre todo, a población mayor, la que no ha entrado en el negocio de la banca por Internet o que incluso tiene dificultades para manejarse con las tarjetas.

Roldán puso sobre la mesa esta posibilidad porque, tal y como ha avisado, el proceso de cierres no va a parar. En Galicia en el último año se perdieron treintena de locales. El 2017 acabó con el número de sucursales abiertas más bajo desde mediados de 1977: apenas quedan ya 1.561 operativas. Fue el territorio más afectado por las clausuras entre los años 2009 y 2013, por la fusión de las dos cajas, la compra del Pastor y del Gallego, y los ajustes del resto de bancos. Y aún está pendiente la reestructuración de red por la integración del Pastor y Popular en el Santander.

Pese a la pérdida de red física, patronal cree que el proceso se reducción de plantilla se irá «estabilizando», aunque sigue el goteo de salidas, voluntarias o forzosas, de empleados.