Una recuperación que no llega a la mayoría de los ciudadanos

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

La economía crece el 3, 7 %, pero suben los hogares que deben facturas y que reciben ayuda de familiares

03 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A mediados de la pasada semana se hizo público el Indicador Abanca que elabora el Foro Económico de Galicia (FEG). El resultado no pudo ser más alentador. La economía gallega registró en enero un crecimiento del 3,7 % en su tasa de variación interanual. Un dato que confirma que el 2018 vuelve a arrancar con una inercia positiva y que, sobre todo, revela lo más importante: la consolidación de la recuperación económica. En paralelo a esos buenos datos discurren otros que proyectan una realidad mucho más sombría y que ponen en evidencia lo que se palpa en la calle: que la macroeconomía va mucho mejor, pero que la de las familias no tanto.

Y esto es lo que se desprende de la última encuesta sobre la coyuntura económica de los hogares, que elabora trimestralmente el Instituto Galego de Estatística (IGE). Por ejemplo, en el último año, marcado por un notable aumento del PIB y del empleo, el número de familias que llegan con holgura a final de mes desciende, al pasar del 48,12 % en enero del 2017 al 47,28 % en el arranque de este año. Por el contrario, sube ligeramente el porcentaje de hogares que pasan dificultad para cuadrar las cuentas -del 41,77 al 41,86 % del total- y aquellos que dicen tener mucha dificultad -del 10,11 al 10,87 %-, lo que demuestra que la recuperación que evidencian las grandes cifras no se nota en los bolsillos de las familias.

Más que por el dinamismo interno, la economía gallega está creciendo, sobre todo, impulsada por el tirón exportador, sin que esto tenga una clara repercusión en el empleo. A esto se suma que la recuperación del mercado de trabajo se está cimentando sobre pilares de papel, donde prevalece un importante volumen de contratos precarios.

Retrasos en las facturas

De entre los datos hechos públicos ayer por el IGE hay dos que llaman poderosamente la atención: el número de hogares que en los últimos tres meses tuvieron algún retraso en el pago de recibos (luz, agua o hipoteca) casi se ha duplicado en doce meses, al pasar del 3,39 al 6,89 %. Sobre un volumen total de un millón de hogares, no es una cifra menor.

En segundo lugar, hay otra cifra que evidencia que las familias gallegas siguen pasando apuros. Entre enero del 2017 y el mismo mes de este año, el porcentaje de hogares que recibieron ayuda económica de familiares o de amigos ha pasado del 7,24 al 7,73 %. Lo lógico, dada la mejoría del PIB y que cada vez haya más gente trabajando, es que esta proporción se hubiera reducido, pero no ha sido así.

¿Y cómo es eso posible? La respuesta hay que buscarla en otras estadísticas oficiales. Por ejemplo, la que dice que en Galicia hay cien mil gallegos con trabajo que quieren ampliar su jornada para ganar más. O la que apunta a los 300.000 pensionistas de la comunidad cuyos ingresos se sitúan por debajo del umbral de la pobreza.