Cien mil gallegos con trabajo quieren ampliar su jornada para ganar más

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

Las ETT colocan al doble de trabajadores que las oficinas públicas de empleo

23 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tienen trabajo, pero el sueldo les viene justo para llegar a final de mes y, por ese motivo, buscan dónde hacer más horas a la semana para engordar la nómina. Sobre el papel, puede parecer un caso excepcional, pero el año pasado había más de 103.000 gallegos en esa situación, es decir, casi uno de cada diez ocupados, según los datos detallados de la encuesta de población activa publicados ayer. Eso sí, la situación mejora conforme se consolida la recuperación económica y la cifra de gallegos en busca de más horas de trabajo se redujo en casi diez mil personas en solo doce meses.

Los que aún están en esa tesitura -habría que hablar en femenino, porque dos de cada tres son mujeres- aseguran de forma mayoritaria a los entrevistadores del INE que valorarían cualquier opción para conseguir aumentar su jornada de trabajo (y, con ello, su nómina). Hasta un 46 % de los consultados dicen que estarían dispuestos tanto a ampliar su horario en su empleo actual como, si es necesario, buscar otro complementario o, directamente, cambiar de trabajo.

Entre los que sí se mojan, no hay dudas: la opción preferida sería mantenerse en su puesto, pero con más horas (casi un 37 %), seguidos por los que optarían por cambiarse a otra empresa que les ofrezca una jornada mayor (15 %) y son minoría los que optarían por compaginar dos empleos (apenas un 2 %).

De los más de cien mil gallegos que aseguran que desearían trabajar más horas, casi nueve de cada diez (89.200) son catalogados por el INE como subempleados, lo que quiere decir que su afirmación no es caprichosa, sino que realmente su jornada es inferior a la que suelen realizar los ocupados a tiempo completo en su mismo sector de actividad. Son un 23 % más de los que se encontraban en esa situación en el 2007, antes de la crisis, una muestra de la fuerte precariedad que aún existe en el mercado de trabajo.

Intermediación laboral

Ni dos de cada cien trabajadores consiguieron su puesto a través del servicio de empleo público. La explotación de los números de la EPA ofrece otros datos sobre el mercado de trabajo, entre ellos la escasa eficiencia del servicio público de empleo a la hora de recolocar a los parados. Según la estadística, de los más de 822.000 gallegos asalariados que había el año pasado, solo 13.900 (apenas un 1,7 % del total) habían accedido al puesto gracias a las gestiones del antiguo Inem. Son menos de la mitad de los que entraron al mercado laboral a través de las empresas de trabajo temporal, que colocaron al 3,8 % de los empleados por cuenta ajena en la comunidad.

Teletrabajo

Solo el 7 % de los gallegos trabajan desde casa algún día. Se dice que el teletrabajo es el futuro, pero, desde luego, no es el presente. Apenas siete de cada cien ocupados gallegos trabajan algún día desde casa. A la inmensa mayoría, el 93 %, no les queda más remedio que acudir a diario a la oficina. Pese a que es todavía marginal, sí se nota algún avance: el año pasado 8.700 gallegos se incorporaron al trabajo a distancia. De ellos, la mayoría (7.200) hicieron desde casa más de la mitad de su jornada laboral. La eterna brecha

Ellas mandan menos. Además de en la nómina, la brecha entre sexos se nota también con fuerza en los escalafones de las empresas (de lo que, en buena parte, deriva la diferencia en los salarios). Los datos de la EPA muestran que, aunque dos de cada tres gallegos tienen que conformarse con ser empleados rasos, ellas lo tienen mucho más difícil a la hora de hacer carrera. Menos del 5 % de las trabajadoras de la comunidad han llegado a un puesto de dirección, una tasa que se duplica en el caso de los hombres.

Empleabilidad

Las titulaciones sanitarias, las que menos paro tienen. Si aún está a tiempo de escoger estudios y quiere garantizarse un empleo, la estadística asegura que los gallegos con estudios en ramas sanitarias o de servicios sociales son los que tienen la tasa de paro más baja, apenas un 8 % (la mitad en el caso de los hombres), frente al 18,6 % de aquellos que solo tienen formación básica.

El BCE advierte que España es el país que más empleo a tiempo parcial involuntario ha generado tras la crisis

Que haya tantos trabajadores con jornadas laborales más reducidas de lo que les gustaría no es más que otra muestra de la precariedad en la que se ha instalado el mercado laboral tras la crisis, que constata hasta el Banco Central Europeo. En un artículo sobre la evolución reciente del empleo a tiempo parcial en las mayores economías de la eurozona, publicado ayer en su boletín económico, el BCE apunta a España como el país donde más ha crecido el empleo a tiempo parcial involuntario. Esto es, aquellos casos en los que no son los trabajadores los que desempeñan por decisión propia un puesto con jornada reducida para conciliar, sino que deben aceptar ese empleo por horas porque la única alternativa es irse al paro.

Un «considerable» repunte del subempleo -aún no compensado por la recuperación- que la autora del estudio cree que obedece «a los cambios introducidos en la regulación del empleo a tiempo parcial», así como a «un aumento de la oferta de trabajo en términos de horas».

El informe del BCE recuerda que estos subempleados a tiempo parcial «suelen tener menos seguridad en el trabajo, menos satisfacción y salarios más bajos», por lo que entiende que «puede considerarse empleo precario».