Boeing opta a instalarse en Galicia con un proyecto de tecnología para drones

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

El gigante de la aviación presentó ya su oferta a la licitación de la segunda fase de Rozas

19 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas (CIAR), en Lugo, en el que la Xunta impulsa un polo tecnológico e industrial en torno a la tecnología de aviones no tripulados (como drones), ha conseguido captar la atención del mayor constructor aeronáutico del mundo: el gigante norteamericano Boeing.

La compañía, que arrancó el 2018 con una cartera de pedidos de 5.864 aviones, por valor de 111.400 millones de euros, quiere entrar en Rozas con un proyecto de tecnología para espacios aéreos compartidos. La oferta ha sido presentada por la división europea Boeing Research and Technology Europe, y compite con media docena de propuestas, en una licitación pública cuyo ganador deberá desarrollar un programa de gestión y seguridad de tráfico para espacios aéreos compartidos, con el apoyo de 6,2 millones de euros que aporta la Xunta.

Deimos Space, Everis Aeroespacial y Defensa, la UTE Ineco-SRM Consulting y Babcock, entre otras ofertas también presentadas, tendrán que competir con Boeing, que parte en el proceso como clara favorita.

Dice la Xunta que la inversión asociada a Rozas (150 millones hasta el 2020) «ya es una realidad que está dando resultados concretos». Genera 190 empleos de alta calificación, 20 proyectos de I+D desarrollados por las empresas Indra y Babcock, y la participación en ellos de 18 empresas y centros de conocimiento.

Explicado de un modo sencillo, los drones son vehículos aéreos no tripulados, equipados con cámaras y sensores de alta precisión. La competición por desarrollar la tecnología más eficaz y certera se libra a nivel mundial, y Galicia corre en puestos cabeza, con los proyectos de los dos constructores instalados en el aeródromo de Rozas, Indra y Babcock (antes, Inaer). 

Proveedores gallegos

Formaba parte del contrato (como ganadores de la primera fase de licitación) que ambos grupos integraran en sus respectivos programas industriales suministradores gallegos, y lo que está ocurriendo es que ya hay una decena de empresas incorporadas, lo que conforma el primer panel de proveedores de componentes de drones de Rozas.

Entre las veteranas, liderando la cartera de subcontratas de Indra se encuentran Delta Vigo, auxiliar de segundo nivel de los grandes constructores aeronáuticos (Airbus, Boeing, Embraer o Comac). Se ha incorporado también Seadrone, compañía creada para diseñar, desarrollar y construir barcos no tripulados, que lanzará al mar su primer prototipo, para misiones de análisis y control, el mes que viene en la ría de Vigo.

Fuentes de la Xunta citan otras dos empresas, Soarnor y Gaerum Ingeniería, como auxiliares de Indra, ambas creadas para el proyecto de avión opcionalmente tripulado Targus. No constan, de momento, la actividad ni los paquetes de trabajo asignados a ambas.

La otra gran adjudicataria de Rozas es Babcock, que está trabajando en dos prototipos de helicópteros no tripulados. Una vez que ambos aparatos obtengan las correspondientes certificaciones, Babcock comenzará la producción en serie, un proceso que se hará íntegramente en Rozas, con la participación de una veintena de proveedores de la comunidad.

De momento, ya hay cinco subcontratadas. R-Cinfo es una filial del grupo R especializada en vídeo inteligente y descubrimiento de contenidos; y Softewcare, una empresa de ingeniería y consultoría desarrolladora de software. También figuran Coremain, especializada en tecnología sanitaria; Soldatec, dedicada al campo de la soldadura técnica aplicada a todos los sectores de la industria; y Pildogalaica, creada por Babcock para dedicarse a la gestión del tráfico aéreo a baja cota. 

No faltan, pues, argumentos para explicar el bum de nuevas empresas vinculadas el negocio que se están dando de alta en Galicia. En apenas dos años, el sector dedicado a la aviación no tripulada en la comunidad gallega ha pasado de contar con 14 operadores (en el año 2015) a arrancar el 2018 con 185 empresas autorizadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

Una aeronáutica visionaria del transporte no tripulado

La presencia en las noticias de los drones como causantes de algún incidente aéreo son cada vez más frecuentes.

Uno de los más llamativos tuvo lugar el verano pasado en el aeropuerto londinense de Gatwik, cuando uno de estos aparatos causó el caos y casi un accidente por su cercanía e interferencia con el funcionamiento correcto de la terminal.

La Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) ha abierto hasta la fecha un total de 135 expedientes sancionadores, de los cuales ya han salido 119 multas por un importe de más de 600.000 euros, según los datos de este organismo del Ministerio de Defensa.

El riesgo de accidente por interferencias es elevado y este es el campo de actuación en el que el CIAR de Rozas quiere tomar la delantera, desarrollando una tecnología que permita compartir espacio aéreo a drones y aviones tripulados con seguridad.

Boeing tiene mucho camino recorrido en materia de drones, y eso hace que su oferta parta como favorita. La firma estadounidense va por delante en numerosas iniciativas. Por ejemplo, recientemente ha presentado el prototipo de su vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), capaz de soportar más de 200 kilos de carga útil.

El dron funcionará con un sistema de propulsión eléctrica, está equipado con ocho motores y mide alrededor de cinco metros de largo, más de cinco de ancho y 1,20 de alto.

Para Boeing, el dron también es una tecnología con la que quiere revolucionar el sector de los viajes y el transporte aéreo. «Nuestro nuevo prototipo se basa en las capacidades de sistemas no tripulados existentes de Boeing y presenta nuevas posibilidades para la entrega autónoma de carga, la logística y otras aplicaciones de transporte», explicó Steve Nordlund, vicepresidente de Boeing Horizon X, en la reciente presentación del nuevo vehículo eVTOL. Este prototipo ha llegado después de que Boeing anunciara la adquisición de Aurora Flight Sciences, una empresa de investigación aeronáutica que se asoció con Uber para llevar a cabo su proyecto de taxis voladores, Uber Elevate.