El cese de actividad de Souto deja en el aire a cientos de pequeños transportistas

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

La difícil situación a la que se enfrentan, en muchos casos con deudas que sobrepasan los 30.000 euros, ha llevado a la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte en España a promover una plataforma de afectados

21 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El inesperado cese de actividad de Transportes Souto, la mayor empresa gallega del sector, ha sembrado de incertidumbre el futuro de 1.500 personas. De ellas, 650 están en plantilla de la compañía, mientras que el resto son autónomos o trabajadores de pequeñas subcontratas. La difícil situación a la que se enfrentan estos últimos, en muchos casos con deudas que sobrepasan los 30.000 euros y con pagarés a 180 días, ha llevado a la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) a promover una plataforma de afectados con el fin de agrupar los intereses de los damnificados. «Nos están llamando desde Andalucía, Extremadura, el País Vasco... para preguntar tanto por el alcance de la situación como por qué pueden hacer para garantizarse el cobro de las facturas pendientes», explica Alberto Vila, coordinador de Apetamcor (Asociación Empresarial de Mercadorías por Estrada de Galicia). Y añade que el objetivo de la plataforma es, además de aclarar el alcance del escenario abierto por la dirección de Souto, propiciar una respuesta conjunta.

En este sentido, Fenadismer anuncia que llevará a cabo «una serie de actuaciones administrativas y judiciales para conseguir recuperar la mayor parte posible de la deuda». Vila afirma que, en el mejor de los casos, dicha deuda supera, en total, los 13 millones de euros.

Vacaciones

Por su parte, los trabajadores de la sede central en Mos (Pontevedra) recibieron una carta de la dirección -«suponemos que habrá llegado también al resto de los centros», afirma un portavoz de CC. OO.- en la que les comunican que, hasta nueva orden y «salvo indicación expresa e individualizada en sentido contrario, todos los trabajadores quedan exentos de la obligación de ir a trabajar, imputándose a vacaciones este período». Pese a ello, los 93 empleados de Mos, reunidos en asamblea, decidieron seguir acudiendo a sus puestos. Quieren evitar un posible desmantelamiento de las instalaciones.

«No queremos ocultarles la gravedad de la situación y la prácticamente nula posibilidad de que esta mejore», afirma la dirección de la compañía en esa carta, en la que asegura que la solución solo puede pasar por un expediente de regulación de empleo, dado que «la empresa no puede solucionar situaciones individuales concretas». Y termina conminándolos a actuar «de forma responsable».