Emilio Mahía Becerra, un socio fundador que aseguraba ser un «empleado del metal»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Al frente del Grupo Caamaño, era un hombre discreto y muy preocupado por el trabajo

17 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Emilio Mahía Becerra estuvo en el inicio y durante el proceso de expansión internacional del Grupo Caamaño, junto a José Caamaño. Fueron más de 20 años de relación personal y profesional entre los dos fundadores, a pesar de sus perfiles diferentes. Los que conocen a los responsables del éxito de esta empresa, ubicada en Culleredo, hablan de José como el relaciones públicas en el exterior, y de Emilio como el que prefería estar a «pie de obra» antes que salir a firmar o buscar contratos fuera. Era un hombre familiar, discreto, serio y preocupado por el trabajo en las instalaciones de Culleredo, de más de 40.000 metros cuadrados.

Emilio Mahía Becerra falleció este viernes a los 65 años, cumplidos el pasado septiembre, tras luchar durante los últimos años contra una dura enfermedad.

Mahía, en ocasiones, dejaba salir su lado más ocurrente, sobre todo cuando le preguntaban a qué se dedicaba; una y otra vez respondía lo mismo, que era «un empleado del metal». El cuerpo de Emilio Mahía está desde ayer en el tanatorio Servisa, en cuya capilla se celebrará hoy sábado a las 13.30 horas una misa. La hora de cremación está prevista para las dos de la tarde.

Fin de un ciclo

Así se cierra un ciclo en esta empresa, que se ha convertido en un referente internacional en el sector del montaje integral de centros y locales comerciales, sobre todo desde que inició su colaboración con Inditex, con el montaje de todas sus tiendas, repartidas por más de 50 países de todo el mundo. Actualmente la empresa, con más de 500 trabajadores, tiene instalaciones productivas en Culleredo y Shanghái.