La excúpula de Afinsa, a prisión 12 años después de la estafa

j. a. b. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

La Justicia les da diez días para ir a una cárcel de su elección tras se condenados a penas de hasta 8 años

16 feb 2018 . Actualizado a las 07:22 h.

Las asociaciones de antiguos clientes de Afinsa ya han adelantado que no será mucho consuelo para ellos -la cifra de perjudicados se estima en cerca de 190.000-, pues priman recuperar sus ahorros y solo obtendrán una «ridícula cantidad», pero al menos los responsables de aquella estafa piramidal mayúscula pasarán una temporada larga en prisión. En concreto, entre dos años y tres meses -el exdirectivo con una pena menor- y ocho años y siete meses para su expresidente y principal ideólogo de esta trama criminal, Juan Antonio Cano Cuevas.

La Audiencia Nacional, que condenó en primera instancia a su antigua cúpula de la polémica sociedad filatélica, les dio este jueves un plazo de diez días para acudir a una cárcel de su elección y empezar a cumplir condena. De lo contrario, «se decretará su ingreso en prisión, librándose órdenes de búsqueda y captura».

Dicho mandato es para diez de los once condenados. En el caso de Francisco Guijarro, uno de los cerebros de la estafa y encargado de la compra de sellos entre 1998 y 2003 -llegó a tener varios inmuebles, vehículos de lujo, dos cuentas en paraísos fiscales con diez millones de euros y otros 9,5 millones intervenidos en su domicilio, todo ello a nombre de su esposa e hijos-, el ingreso ha quedado paralizado a la espera de que la Fiscalía informe sobre su petición de suspensión de la pena por sus problemas de salud.

En julio del 2016 la Audiencia impuso a los once penas de entre cuatro y casi nueve años de cárcel por delitos de estafa, insolvencia punible y falsedad de cuentas. En noviembre pasado, al revisar la sentencia, el Supremo las rebajó hasta la horquilla referida antes.

Unos y otros magistrados, no obstante, coinciden en que todos ellos «tejieron una red especulativa» en la que «hicieron caer a familiares, amigos, vecinos y conocidos». Les prometían jugosas revalorizaciones de sus inversiones, pero el negocio era «inviable» -los sellos valían mucho menos de lo que decían los directivos de Afinsa- y se pagaban los intereses con las aportaciones de los nuevos clientes. El resultado: un fraude de 2.574 millones de euros tras la liquidación realizada por los administradores concursales, tras la intervención de la firma hace casi 12 años..