El ajuste de PSA vence en Opel con casi la mitad de la plantilla en contra, como pasó en Vigo

m. s. d. VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

VICTOR>CAMESELLE

La plantilla aceptó congelarse el salario para el 2018 y subirlos solo la mitad del IPC en los cuatro siguientes

01 feb 2018 . Actualizado a las 10:55 h.

La estrategia del miedo funciona, y PSA ha vuelto a hacer uso de ella para imponer el plan de recortes que hace un mes parecía imposible en la planta aragonesa de Opel (Figueruelas), incorporada al grupo el pasado año con la compra de la filial europea de General Motors.

La factoría de PSA en Vigo sirvió de modelo para la batería de medidas de ajuste impuestas, pero también para la negociación con unos sindicatos (cinco fuerzas representadas en el comité) cerrados en banda a perder el estatus adquirido con Opel.

La filosofía Tavares (el presidente del grupo PSA), basada en abaratar costes de producción por vehículo caiga quien caiga, pudo con la bravura sindical y acabó venciendo con el apoyo del 60 % de los trabajadores. Curiosamente, es el mismo porcentaje con el que la multinacional francesa sacó adelante el mayor ajuste salarial aplicado a la plantilla de PSA en Vigo. Fue en el año 2014, y en juego estaban la adjudicación de nuevos modelos (la nueva gama de furgonetas) y el futuro de la planta gallega. El miedo a quedarse sin trabajo hizo que 33 de los 20 miembros del comité de empresa (el 60,6 %) votaran a favor de la reducción de un 5 % del sueldo para los nuevos trabajadores contratados, congelación salarial si el IPC no alcanza el 1,5 % y reducción de pluses y complementos.

Garantía de futuro

Por la misma razón, no perder el proyecto del nuevo Opel Corsa y quedarse sin trabajo, ya que esa era la amenaza de PSA, 2.827 de los 5.000 trabajadores de Opel dieron su voto a favor de congelar su salario en el 2018 y casi para los cuatro años siguientes (solo incrementará un 50 % del IPC en el 2019 y 2020 y un 60 % en el 2021 y 2022); además de una reducción en los pluses de nocturnidad y festivos.

A cambio, PSA garantiza que la planta de Zaragoza estará a plena capacidad (478.000 unidades) antes de que finalice la década.

Una vez alcanzado el acuerdo, y refrendado por la mayoría necesaria de los trabajadores, la multinacional francesa sacaba pecho en un comunicado en el que confirmaba su «liderazgo absoluto del sector de la automoción en España en el 2017», con marcas (Peugeot, Citroën, Opel y DS) y tres fábricas (Vigo, Zaragoza y Madrid) que produjeron 876.672 vehículos de 12 modelos.