La central de As Pontes vivirá hasta el 2045, y Meirama está en el aire

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

El rifirrafe entre Nadal y Competencia sobre la pervivencia de las térmicas coge de lleno a las plantas gallegas

26 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El rifirrafe que hay montado a nivel nacional entre el ministro de Energía, Competencia y el presidente de Iberdrola sobre el cierre, o no, de las centrales térmicas de carbón, toca de lleno a Galicia. En la comunidad humean dos. La de As Pontes, propiedad de Endesa y una de las más grandes de España, y la de Meirama (Cerceda), gestionada por Gas Natural Fenosa. Hasta hace unos años, ambas producían electricidad con mineral extraído de yacimientos locales, pero las cada vez más restrictivas directivas europeas sobre emisiones obligaron a las compañías a cambiar el alimento de las calderas para quemar carbón de importación (menos dañino para el medio ambiente que el lignito gallego). Ese paso requirió también acometer obras en las plantas y, por ende, que las compañías se rascasen el bolsillo. Y ahora les toca repetir el gesto para alargar la vida de las dos centrales. Porque la Comisión Europea obliga de nuevo a recortar emisiones a partir del 2020 y las térmicas de carbón que no lo hagan dejarán de funcionar desde ese año.

Endesa ya despejó el futuro de la planta de As Pontes y, de hecho, están en marcha las obras para adaptar las instalaciones a los requerimientos ambientales. El proyecto, valorado en 217 millones, garantizará la continuidad del complejo eléctrico gallego al menos hasta el 2045. A partir de ahí, se verá. Gas Natural Fenosa, en cambio, sigue deshojando la margarita sobre lo que pasará con Meirama a partir del 2020. Desde luego, si no invierte para reducir las emisiones de la térmica, esta no podrá seguir generando electricidad.

Nadal se resiste

En ambos casos, el futuro de las plantas lo deciden las empresas a partir de una directiva europea sobre emisiones industriales. Pero el ministro Álvaro Nadal quiere meter baza y dificultar el cierre de las instalaciones, para desesperación, entre otros, del presidente de Iberdrola. Ignacio Sánchez Galán anunció a finales de año que su empresa prescindirá del carbón dentro de dos años. Para ello, ha solicitado el cierre de las centrales de Velilla (Palencia) y Lada (Asturias). Nadal no lo pondrá fácil, pese a que la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia no ve problema y asegura que no afectaría a la seguridad del suministro porque hay exceso de potencia instalada.

Como Iberdrola, Gas Natural Fenosa confirmó hace unos meses que no reformará la planta de Anllares (León) y, por tanto, dejará de funcionar en el 2020. Lo mismo hará Endesa con las centrales de Compostilla (León) y Teruel. La compañía dirigida por Borja Prado salvará As Pontes y también Litoral (Almería).