Vulcano negocia la venta del astillero

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M. MORALEJO

La plantilla no oculta su preocupación por las dificultades que está teniendo la factoría viguesa para cerrar pedidos

12 dic 2017 . Actualizado a las 18:31 h.

La firma el pasado abril del ferri para la naviera Trasmediterránea supuso la bocanada de oxígeno que Vulcano necesitaba para respirar. Empresa y plantilla reconocían entonces que la salvación definitiva no se produciría hasta que la cartera de pedidos no empezase a crecer. Pero han pasado ocho meses y los encargos no llegan. El último varapalo lo sufrieron hace un mes, cuando supieron que, pese a ser el único astillero de la ría que tiene la grada vacía, Pescanova adjudicaba en bloque a Armón la renovación de la flota, a la que también aspiraban.

Ante semejante escenario, los propietarios -el 91 % de las acciones están en manos de la familia Santodomingo- han empezado a escuchar ofertas para deshacerse de él. Fuentes de la empresa confirman que hay un inversor interesado con el que están negociando la venta. Las mismas fuentes indican que eso no significa que hayan bajado los brazos. Siguen buscando carga de trabajo.

Lo único que ha trascendido de los posibles compradores es que no son gallegos. Sí se sabe que al menos un empresario turco visitó las instalaciones de la factoría viguesa recientemente.

Las fuentes del sector consultadas afirman que no será una operación fácil, salvo que detrás de la oferta u ofertas de compra estén compañías con un alto volumen de pedidos y cuyas instalaciones se les queden pequeñas para dar respuesta en fecha a los contratos.

Y es que Vulcano tiene dos puntos débiles que lo hacen poco atractivo para potenciales compradores. Por una parte, un pasivo importante y, por otra, una plantilla considerada cara, ya que suma muchos trienios. De hecho, es tan veterana que, según el presidente del comité, Nicolás Sangabriel, «si se prejubilaran todos los compañeros mayores de 58 años no quedarían más que 33».

En cuanto al pasivo, lo arrastra desde que superó la suspensión de pagos en el 2012. Aunque los acreedores, con Pymar a la cabeza, perdonaron entonces el 80 % de la deuda, aún tienen que hacer frente a más de 35 millones de euros hasta el 2024. La presión de la Xunta, con Javier Guerra al frente de la Consellería de Industria, fue determinante entonces, igual que lo fue el pasado marzo, en este caso con Francisco Conde al frente, para la firma del ferri. «Es lo único que tenemos y se acaba en mayo. A estas alturas tendríamos que haber firmado algún pedido», se lamenta Sangabriel, que no oculta la preocupación de la cada vez más exigua plantilla. «La situación vuelve a empezar a ser crítica», asegura. Recuerda que fueron agotando el derecho a paro con los sucesivos expedientes de regulación de empleo, hasta 13, que fueron firmando a lo largo de casi seis años de inactividad.

El pasivo que arrastra la factoría viguesa es uno de los frenos que encuentra la venta No aciertan a entender por qué «en igualdad de condiciones» los armadores prefieren realizar los encargos a otros astilleros aun sabiendo que la construcción se retrasará porque tienen mucha carga de trabajo. Es lo que ocurrirá, por ejemplo, con el pedido de Pescanova. «Que alguien nos lo explique», dice Sangabriel, que teme que sea que la dirección de Vulcano no genera confianza. «Las promesas se suceden, pero la realidad es la que es. Por eso estaríamos encantados de que entre una nueva propietaria», dice.

En el ferri encargado por Trasmediterránea están trabajando actualmente unas 300 personas, la mayoría de empresas auxiliares. La próxima semana está previsto iniciar los trabajos de habilitación interior del buque, al que ya se han instalado los ejes, las palas y los timones.