Llega la segunda revolución eólica

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

PEPA LOSADA

En Galicia el sector recibe con euforia las subastas de renovables y la liberalización del negocio: presenta 33 solicitudes de parques nuevos y negocia cómo financiarlos

10 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector eólico gallego ha resucitado. No al tercer día, sino al quinto año. El 2012, con la supresión de las primas a las renovables, marcó el principio de una crisis que ha mantenido adormecido el negocio hasta ahora. Las dos grandes subastas organizadas por el Ministerio de Energía para impulsar la instalación de 4.600 megavatios eólicos (además de fotovoltaicos) en un ajustadísimo plazo de dos años están surtiendo efecto.

Pero, en Galicia, el factor esencial que ha proporcionado el aliento que precisaba el sector ha llegado por la parte legislativa. Aunque con casi cuatro años de retraso, la Xunta acaba de amoldar la normativa autonómica a la ley del sector eléctrico de diciembre del 2013. Y, con esa adaptación, ha llegado la liberalización al negocio del viento. Cualquier promotor puede solicitar la construcción de un parque sin necesidad de que medie concurso alguno, siempre y cuando no haya otro ya previsto en ese mismo emplazamiento. De hecho, la ley estatal elimina ese tipo de procedimientos autonómicos que tan malos resultados han dado, al menos en Galicia. Aquí hubo dos procesos: el primero, promovido por el bipartito PSOE-BNG, fue anulado por el siguiente Gobierno del PP, que a su vez impulsó otro concurso en el 2010 del que no se ha levantado ni un solo molino.

Sin embargo, la nueva normativa gallega no deroga ese último concurso. Lo respeta y, además, facilita la modificación de los proyectos aprobados hace siete años, para, por ejemplo, cambiar los aerogeneradores.

Lo cierto es que desde finales de octubre, cuando la Xunta habilitó el registro eólico para anotar los nuevos proyectos de parques, se han presentado ya 33 solicitudes, que suman 1.019 megavatios -en Galicia hay instalados 3.300-. Según datos de la Consellería de Industria, los promotores que más peticiones firman son Gas Natural Fenosa (con diez instalaciones), Greenalia Power (nueve) y Green Capital Power (ocho). Esta última está vinculada a Florentino Pérez.

Todos son parques nuevos, pero eso no quiere decir que no vayan a seguir adelante algunos de los aprobados en el concurso del 2010. De hecho, hay 1.080 megavatios que cuentan desde hace tiempo con autorización administrativa y que están pendientes de desarrollo. Hay otros 1.700 de promotores que decidieron no avanzar en la tramitación.

La Asociación Eólica de Galicia (EGA) ha visto colmadas casi todas sus expectativas con el cambio normativo acometido por la Xunta. Su secretario, Íñigo Muniozguren, destaca que tanto esa reforma como la subasta del ministerio ya están dinamizando el sector. Los promotores están hablando entre sí para buscar soluciones conjuntas de evacuación, también con los bancos para obtener financiación y cerrando acuerdos de compra de aerogeneradores, subrayó Muniozguren. Como en los viejos tiempos del bum eólico.

Las empresas se están moviendo, aunque queda por delante un farragoso trabajo de papeleo. Para empezar, las adjudicatarias de megavatios en las subastas tienen que concretar todavía el listado de proyectos que pretenden ejecutar. Tienen que hacerlo ahora, a finales de año. Y construirlos a toda pastilla entre el 2018 y el 2019. En el 2020, los molinos tienen que estar en movimiento o, de lo contrario, las compañías perderán los avales que tuvieron que depositar al concurrir a las subastas.

Las cuatro gallegas

Entre las adjudicatarias de esas convocatorias del ministerio están cuatro promotoras gallegas. La principal, la lucense Norvento, se llevó 128,6 megavatios; además de Greenalia, 133; Fergo Galicia, 24; y la sociedad Inverolica de Abella, de Invertaresa, 14.

Endesa y Gas Natural Fenosa también se adjudicaron en las subastas 540 y 667 megavatios, respectivamente. Ambas anunciaron que una parte de ellos se construirán en Galicia, aunque todavía no han concretado cuántos ni dónde. Aunque la segunda ha registrado diez parques.

«Las empresas auxiliares van a tener mucho trabajo»

SANDRA ALONSO

La patronal sigue defendiendo la supresión del canon eólico a las empresas

f. f.

El secretario y portavoz de la Asociación Eólica de Galicia, Íñigo Muniozguren, está satisfecho con el cambio casi radical que ha experimentado el sector en pocos meses. Pero... siempre quedan sombras.

-¿Por qué es tan importante la ley de implantación empresarial que aprobó la Xunta?

-Supone un cambio muy importante que hace tiempo que pedíamos. Porque para realizar una modificación en los parques aprobados en el concurso del 2010 casi era necesario presentar un proyecto nuevo; ahora se aceptan modificaciones no sustanciales. Eso va a dar lugar a que los parques que están en tramitación van a poder cambiar esas máquinas, que ahora son mucho más modernas y potentes que las de hace siete años. La Xunta también puede declarar parques preferentes algunos de la subasta para acortar los plazos y que estén en funcionamiento en el 2020. Puede haber agravio comparativo con el resto, tenemos que abordarlo con la Xunta.

-Y en Galicia, ¿qué pasará? ¿Se presentarán proyectos nuevos o se desarrollarán los del concurso del 2010?

-Ambos. El concurso sigue teniendo sentido porque parte de esos megavatios nuevos pueden ser para proyectos del 2010 y, aunque todavía no sabemos el número de parques que se van a poder instalar, las perspectivas son buenas, se ve ya una revitalización del sector. Pero seguimos creyendo que habría que suprimir el canon eólico para que Galicia compitiese de igual a igual con el resto de las comunidades.

-¿En qué se ve la revitalización del sector? ¿Hay encargos?

-Sí, sí, claro, las empresas están cerrando ya acuerdos de compraventa de aerogeneradores. Es que, si no, no da tiempo. De hecho, veo muy difícil que los parques estén en el 2020. Va a haber cuellos de botella en determinados momentos para contratar el transporte o fabricar el aerogenerador: lo harán todos a la vez. Va a haber un problema, pero bendito problema.

-La crisis cerró buena parte de las fábricas de componentes eólicos en Galicia: ¿es posible que reabran?

-Es difícil. Sí es cierto que va a haber un movimiento de empresas auxiliares muy fuerte y aquellas que se han mantenido van a tener una carga de trabajo importante.