Portugal-España, dos caminos poscrisis

ECONOMÍA

CARLOS FOLGOSO

Lisboa ha optado por una senda diferente para cumplir con el déficit: los datos macroeconómicos le dan la razón

24 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En los recientes diálogos España-Portugal organizados por el Foro Económico de Galicia en Baiona, el ministro de Economía portugués presentó un balance positivo de su economía. El nuevo Gobierno socialdemócrata y progresista no solo puede haber consolidado la senda de recuperación de la actividad y del balance externo de su economía -cosa que también sucede en España con un Gobierno de centro-derecha-, sino que lo está haciendo sin provocar un creciente deterioro del bienestar social. No solo porque la tasa de paro se sitúe en la mitad de la anotada por la economía española, sino porque han revertido el deterioro de las remuneraciones de los funcionarios públicos y de los pensionistas y, al mismo tiempo, recuperado el dinamismo de la inversión pública. Y todo ello cumpliendo con el objetivo del déficit público del 3 % del PIB. Cosa que aún no hemos conseguido en España.

Para evaluar este último resultado podemos hacer una comparación de datos (ver gráfico). Ya de entrada comprobamos en la última fila que España cerrará el año con un déficit del 3,4 %, mientras que Portugal lo hará con un 2 %. ¿Cómo se consigue este mejor resultado en la consolidación fiscal en el país vecino?

El factor decisivo para su mejor resultado fiscal es su mayor acercamiento a la media de la eurozona en el nivel de ingresos públicos sobre el PIB. Pues aunque la riqueza por habitante sea mayor en España (24.000 euros frente a 18.000), en Portugal se recaudan seis euros más de cada cien de riqueza que en España. Dicho de otro modo: si Portugal recauda dos euros menos que la media de los países de la eurozona, en España recaudamos ocho menos. Somos nosotros los que estamos más alejados de la media, no ellos.

Con estos mayores ingresos consiguen financiar un nivel de gasto público tres puntos por encima de España. Esos tres puntos equivalen en España a más de treinta mil millones de euros. Una cifra con la que se podría evitar la pérdida del poder adquisitivo de funcionarios y pensionistas, y recuperar la inversión pública y en I+D como se está haciendo en Portugal. Por una y otra vía generando demanda interna para nuestras empresas y evitando al mismo tiempo el deterioro del bienestar social y de la solidez de nuestro crecimiento.

Hay que decir que aun así Portugal se sitúa casi cuatro puntos de PIB por debajo del nivel medio de gasto público de la eurozona. Pero en España lo hacemos en seis y medio. De nuevo somos nosotros los más alejados, no ellos.

Portugal consigue un éxito de consolidación fiscal porque anota un superávit primario de 2,4 % del PIB, mientras que en España nuestro déficit primario es de un 0,7 %. Superávit en Portugal sin perseverar en el austericidio, y déficit en España con recortes sociales generalizados. Cierto que la cosa se trastoca en Portugal por una carga de intereses de la deuda muy superior a la de España. Cargas que en ambos casos suponen una pesada losa. Pero una carga que en Portugal equivale nada menos que a todo el gasto público educativo realizado en España.

Según el Foro Económico Mundial España ocupa la posición 23.ª en riqueza (PIB) de los países del mundo, y Portugal la 27.ª. Pero España cae a la 26.ª en su índice de desarrollo inclusivo; Portugal, a la 28.ª. Estamos cuatro posiciones por encima en nivel de riqueza, pero solo dos por encima en desarrollo social. En Lisboa transforman mejor su (menor) riqueza en bienestar social.

Albino Prada es doctor en Economía