Manuel Caldeira: «Portugal es un socio estratégico para Galicia, no una amenaza»

Sofía Vázquez
sofía vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Mercedes Moralejo

«Hemos demostrado que hay una política económica diferente a la austeridad, que funciona y que genera crecimiento», asegura el ministro de Economía de Portugal

17 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Como político que es, Manuel Caldeira Cabral (Oeiras, Portugal, 1968) tiene facilidad de palabra y discurso claro: dice un no rotundo a la austeridad, y ofrece un sí al control del gasto con sentido común. Esta receta, que expuso ante el Foro Económico de Galicia, le ha permitido a su país salir de la crisis con crecimientos de los que se han beneficiado los trabajadores. El ministro luso de Economía rechaza que Portugal sea una amenaza para Galicia. Todo lo contrario. Habla de socio estratégico.

-¿Portugal ha abofeteado a los tecnócratas de Bruselas y a sus políticas de austeridad?

-No, no. Pero sí hemos demostrado que había una alternativa de política económica diferente a la austeridad. Una política de reposición de rentas a los trabajadores del Estado, a los pensionistas y a los trabajadores en general, con una subida de salarios. Así hemos liberado el potencial de crecimiento de Portugal, que estaba siendo asfixiado por la austeridad que impuso la troika. Esa forma de atajar el problema había comprometido el crecimiento de Portugal y también de toda Europa, creando una dificultad adicional en el programa de consolidación de las cuentas públicas. Porque cuando la economía crece es más fácil reducir el déficit y no tener que exigir tantos sacrificios a toda la población. Nosotros hemos reducido el déficit, estamos rebajando la deuda y al mismo tiempo generando las condiciones para que el crecimiento del PIB haya pasado del 1 al 3 % (dato del último trimestre). El incremento del producto interior bruto para todo el 2017 se estima en el 2,6 %, lo que supone la tasa más alta de los últimos 18 años. Para el 2018 prevemos un 2 %. El crecimiento portugués es sólido y sostenido. Ha sido empujado por las exportaciones (han aumentado un 12 % desde principios de año) y por la inversión (del orden del 10 %).

-Hay quien mantiene que no llega la inversión extranjera; que la deuda pública es el 130 % del PIB y la privada, del 271 %; que el 4,2 % del PIB se dedica a pagar a acreedores; que la deuda pública tiene una calificación extremadamente baja por parte de las agencias de «rating»…

-Nosotros tenemos problemas y lo que hemos hecho es trabajar para resolverlos. El déficit va a ser este año de un 1,4 % del PIB; y el próximo, del 1 %. Eso significa que el saldo sin intereses de la deuda será positivo. El endeudamiento se reducirá del 130 al 126 % del PIB este año. Cuando entramos en el Gobierno afrontábamos tipos del 4 % y ahora estamos próximos al 2 %. Seguimos estimulando el crecimiento. En cuanto a la inversión extranjera, solo puntualizar que va muy bien. Tanto aquella que ya estaba en Portugal (Volkswagen, Renault, BNP Paribas) como la nueva (Bosch, Mercedes, Siemens). Y también en las universidades. Durante la crisis la inversión extranjera se centraba en la compra de activos normalmente de empresas privatizadas. No aumentaban la producción ni creaban empleo. Ahora es al contrario y además busca I+D. El sector del turismo está muy fuerte. En este momento tenemos 80 hoteles que están en construcción y otros 200 más en transformación.

-Deduzco que ya no se va a Portugal a comprar toallas.

-[Ríe]. Interesante. Se puede ir a Portugal a comprar toallas porque nuestra industria textil está en un momento muy bueno. Está vendiendo para Estados Unidos, Canadá y a otros nuevos mercados. Hace 20 años tenía problemas por la competencia con los países asiáticos, que entraban con precios muy bajos. Tas mejorar la tecnología, la calidad y la competitividad, nuestra industria está en el top mundial. Los precios han subido, pero se vende más. Lo mismo le ocurre a la industria del calzado y a la agroalimentaria. Queremos que las toallas portuguesas las compren gallegos y americanos porque buscan calidad. Así que deben seguir viniendo. Nosotros estamos produciendo las mejores toallas del mundo.

-Portugal muchas veces se ve como una amenaza para Galicia.

-No lo considero así. Portugal es un socio estratégico de Galicia y Galicia es un socio estratégico de Portugal. Un ejemplo muy importante es el grupo Inditex. El textil portugués pasó la crisis cuando la matriz de Zara estaba creciendo muchísimo. Un tercio de la producción del grupo Inditex se realiza en el norte de Portugal, y ha sido capaz de dar respuestas a las exigencias en calidad, tiempo de fabricación y precio. Y entiendo que para Inditex también ha sido muy importante tener cerca una industria de calidad. De no ser así, creo que habría crecido pero con más dificultades para desarrollar su modelo de respuesta rápida. Este fórmula se repite en la industria del automóvil. Hay una relación muy estrecha entre las empresas del automóvil portuguesas y el gran clúster de Galicia, lo que refuerza la competitividad de esta zona de la Península.

-¿Cuál fue el momento más duro con la troika?

-El 2012 y el 2013, que fueron años muy duros. En ese momento yo estaba fuera del Gobierno, pero tuve conversaciones con la troika y a sus representantes les dije que no estaba de acuerdo con lo que estaban haciendo, que estaban equivocados y que estaban destruyendo valor económico. Tenían una lógica un poco rara. Decían que un país no podía vivir por encima de sus posibilidades ni podía estar consumiendo más de lo que producía. Quizá haya que reducir el consumo, pero tienes que aumentar lo que produces. En caso contrario, el ajuste es mucho más duro para la calidad de vida de la población. Ese ha sido el gran error de la troika, que tenía que haber venido con un programa muy fuerte de apoyo a la inversión para reforzar la economía.

«Las políticas de la troika sí que pusieron en riesgo el proyecto europeo»

Manuel Caldeira Cabral utiliza siempre un tono respetuoso al hablar, lo que no impide que deje claras las cosas.

-Con la buena situación de Portugal, Bruselas le va a pedir su receta económica.

-Nosotros no tenemos que decirle a Bruselas, ni a una comunidad de 28 que ahora va a pasar a ser de 27, qué debe hacer. Pero lo que tampoco cabe es que Bruselas les diga a Portugal o a España lo que tienen que hacer, como si no fuesen países soberanos. Nosotros participamos en este proyecto europeo, y queremos decir algo sobre el futuro de Europa. Esa es la posición de este Gobierno, porque el anterior Ejecutivo mantuvo una actitud pasiva y aceptó todo lo que venía de Bruselas aunque fueran medidas erradas. Mi Gobierno no está en contra de Europa. Todo lo contrario. Queremos que sea mucho más fuerte. El mayor riesgo que atravesó Europa se generó con las políticas de austeridad desarrolladas durante toda la crisis. Esas sí que colocaron en riesgo el proyecto europeo.

-Situación en Cataluña.

-Cataluña es un problema de España y si es un problema de España es un problema de un vecino nuestro. Por lo tanto, será siempre un problema al que Portugal estará muy atento, pero lo último que Portugal debe hacer es ruido, porque solo crearía más problemas. Queremos que se encuentre una solución buena para toda España y también aceptable para los catalanes; debe ser justa y equilibrada. No puedo decir más sobre este asunto.

-Otro tema importante en común: los incendios.

-Este verano fue un problema grave en Portugal y también en Galicia, y en ello influyeron las condiciones atmosféricas: totalmente radicales. La lucha contra el fuego es una de estas áreas en las que debemos aprender cosas que ya fueron hechas en Galicia. Creo también que tenemos que trabajar más en conjunto tanto en la prevención (es lo más importante) como en la extinción. En mi opinión, cuando se requiera que ayudemos a Galicia, tendremos que estar listos para hacerlo, y cuando nosotros necesitemos ayuda estoy seguro de que la tendremos.

-De Portugal salió el llamado Football Leaks, un caso a través del que se destaparon contratos y pagos multimillonarios opacos en el mundo del deporte.

-Es un tema que queda muy lejos de mi área de actuación. No tengo nada que resaltar sobre esto.