La clase empresarial gallega se mueve al margen de la CEG

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

La inestabilidad en la patronal, inmersa en una eterna lucha interna de poder, ha allanado el camino a nuevas asociaciones

04 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Nació hace justo un año, fruto de la fusión de los clubes financieros de A Coruña, Santiago y Vigo. Y ya cuenta con un centenar de asociados, lo que demuestra que el empresariado gallego sigue organizado y vivo. La irrupción de esta iniciativa, fruto de la cultura de integración, coincide en el tiempo con el ocaso de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), la patronal tradicional, que lleva tres presidentes en apenas cuatro años y cuya existencia es más noticia por las luchas internas por el poder que por el servicio que presta a la clase empresarial. «Nosotros no hemos venido a rellenar ningún hueco; simplemente este es un proyecto de representación empresarial, y sentimos la necesidad de colegiarlos», subrayó ayer Serafín Ocaña, empresario y presidente del Círculo Financiero de Galicia.

La organización celebró un almuerzo para conmemorar su primer cumpleaños, en el que estuvo arropada por el máximo mandatario gallego, Alberto Núñez Feijoo, y por la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Los responsables de esta iniciativa insistieron en que el objetivo principal es favorecer, de forma conjunta, el desarrollo empresarial de Galicia y dar voz a una parte tan importante de la sociedad civil como son los empresarios y los profesionales. «Esto no supone la pérdida de individualidad de cada una de las asociaciones», insistió Ocaña.

La presidencia del círculo es rotatoria, con periodicidad anual, y empezó este año por Vigo. Ahora será el turno para A Coruña, y acabará Santiago. El órgano máximo de representación está constituido por seis miembros, dos por cada asociación: el presidente y otro miembro nombrado por las respectivas juntas directivas. La gerencia del círculo también es colegiada, con representantes de los tres clubes y un coordinador. Entre las actividades llevadas a cabo, destacan la campaña de promoción de la industria 4.0., en colaboración con el Igape y APD, un cambio llamado a generar miles de nuevos empleos en Europa, España y Galicia. Con la fusión de los tres círculos se pretende consolidar un programa de actividades dirigidas a los asociados, para mejorar el conocimiento mutuo, fomentar y mejorar las relaciones entre empresarios y directivos gallegos y generar nuevas oportunidades de negocio entre los asociados, tal y como explica Ocaña. A su juicio, no es sencillo coordinarse e integrar los intereses de la clase empresarial, «pero hemos sabido encontrar un tronco común y entender la diversidad». 

La patronal sigue

El dinamismo mostrado por el Círculo Financiero de Galicia en su primer año de vida contrasta con las sombras de la CEG, una patronal gallega que ha salvado los muebles económicos bajo la presidencia de Antón Arias, gracias a la firma de un crédito hipotecario de 1,2 millones sobre el edificio de la sede. Pese a que se ha reconducido la situación de los números, las organizaciones provinciales siguen peleándose por la presidencia.

Habían llegado a un acuerdo para que fuese también rotatoria cada dos años, pero tras el último comité se desmarcaron tanto Pontevedra como Ourense. Más allá de la lucha interna, hay otra realidad: el recorte de plantilla de la CEG que daba servicios a los empresarios.