El recibo del gas también tiene truco

ECONOMÍA

Explicamos la factura de este suministro de una vivienda vacía la mayor parte del tiempo y para la que su dueño ha contratado una tarifa en el mercado libre

29 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El objetivo de esta crónica es explicar el recibo del gas que se adjunta. Se trata de una vivienda que está vacía la mayor parte del tiempo y para la que su dueño ha contratado una tarifa en el mercado libre. La factura se emitió el 23 de octubre, y el período de facturación va desde el día 3 de julio al 4 de septiembre.

Teniendo en cuenta estos aspectos, vayamos al importe del recibo: 124,30 euros de gasto de gas en una casa vacía. ¡Una barbaridad! Para comprenderlo es necesario dirigirse a la oficina de atención al cliente de la empresa energética (obviamos el nombre porque las explicaciones que dan son similares en unas y en otras). Allí comienzan a argumentar que es importante observar la primera línea de la factura: repercusión canon IRC distribuidora. ¿Qué es eso? En algunos casos el usuario está en la obligación de afrontar este abono que se corresponde con la instalación receptora comunitaria. Es decir, una empresa gasística -normalmente la distribuidora- ejecutó la instalación, que en realidad pagarán los vecinos del inmueble durante una media de 20 años. ¿A cuánto asciende su importe? Pues en el caso del recibo que nos ocupa, 31,20 euros, que se pagan una vez al año. Al propietario del inmueble le quedan 4 ejercicios. Al final del período, habrá abonado 625 euros, que multiplicados por los 12 vecinos del inmueble da un total de 7.500 euros. A partir de los 20 años, la instalación revierte en la comunidad de propietarios.

Seguidamente hay en la factura el importe de un seguro de 16,24 euros. Incluye una revisión anual de la caldera y también los gastos de la revisión quinquenal que el Ministerio de Industria cataloga como obligatoria. Pues bien, esta obligatoriedad tiene un coste diferente en función de la comunidad en la que se resida. Por ejemplo, en Galicia se fija en 47,20 más IVA; en Madrid, en 42,28 más IVA, y en Cataluña, en 39,68 euros más IVA. Es la comunidad autónoma la que establece el coste. La Consellería de Industria de la Xunta declinó dar una explicación de por qué los gallegos pagan más que en otras comunidades. Además Miguel López, secretario general de la Unión de Consumidores de Galicia, llama la atención sobre el hecho que esta revisión quinquenal es, en la mayoría de los casos, un puro engaño, ya que no se revisan, por ejemplo, aquellas partes de la instalación que atraviesan fachada, tejado y demás zonas complicadas del edificio. «La mejor prueba es que no se ven andamios desde los que los operarios revisen a fondo estas instalaciones», argumenta.

Ese seguro por el que se pagan 16 euros cada dos meses incluye una revisión de la caldera, la mano de obra de las reparaciones y en algunos casos piezas. Pero el experto advierte que a las calderas de menos de 70 kilovatios -el 99 % de las domésticas- no es necesario hacerles revisión anual, sino cada dos años.

Y hace una reflexión: hagamos un coste para diez años. Si el consumidor no tiene seguro, abonará 329 euros siguiendo la normativa (una revisión cada dos años y una general quinquenal); si pagamos el seguro, el precio de lo mismo rondará los 1.000 euros.

En la parte final de la factura se lee «cuota de regularización de consumo». Se trata de un cálculo estimado. Ningún técnico subió a la casa a leer el contador. ¿Por qué si durante los meses anteriores siempre había gente?