Las industrias vuelven a jugarse su viabilidad en la subasta de incentivos eléctricos de diciembre

f. f. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Planta coruñesa de Alcoa
Planta coruñesa de Alcoa CESAR QUIAN

Incertidumbre entre la plantilla de Alcoa porque las bonificaciones solo serán hasta mayo

20 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 22 de diciembre, cuando los niños de San Ildefonso canten el gordo de la lotería de Navidad, en el recinto ferial de Valladolid se dirimirá el futuro inmediato de los trabajadores que hacen funcionar industrias asentadas en Galicia de la talla de Alcoa, Megasa, Ferroatlántica, Finsa, Ence, Elnosa, Celsa, Intasa o SGL Carbón. Ese día, en ese lugar, acabarán las subastas en las que esas empresas grandes consumidoras de electricidad conseguirán nuevos incentivos que abaratarán sus elevados costes energéticos. Si logran los suficientes, perfecto. Pero si no... mal asunto para las plantillas. Y la cosa no pinta bien del todo. Porque los incentivos no están asegurados en absoluto en un sistema de concurrencia competitiva como son las subastas. Y porque la convocatoria de bonificaciones para el próximo año no comprenderá el ejercicio completo, solo los cinco primeros meses. La incertidumbre entre los trabajadores no puede ser mayor. Y es que hay precedentes que dan miedo. En la primera subasta que convocó el Ministerio de Energía para repartir esos incentivos eléctricos, a finales del 2014, Alcoa denunció que el resultado había sido malísimo, que no podía garantizar la viabilidad de las fábricas de A Coruña y Avilés y que, por tanto, las cerraba. Incluso dio los primeros pasos para ello (presentó un expediente de regulación de empleo de extinción para sus 800 operarios). Finalmente lo retiró porque el ministerio convocó una segunda subasta ese mismo año que satisfizo las ambiciones de la multinacional. En las pujas de los años 2015 y 2016 también logró sus objetivos (los resultados de las subastas por empresas son secretos y solo se dan a conocer los globales).

El Ministerio de Energía prepara una modificación del sistema de adjudicación de los incentivos, en parte obligado por Bruselas. De ahí que, de momento, en la convocatoria de diciembre se repartirán bonificaciones para los cinco primeros meses del 2018. Luego, se verá. Si hay mecanismo nuevo, se aplicará a partir de junio; si no lo hay todavía, se realizarán nuevas pujas.

Las industrias reciben este dinero para aliviar sus costes energéticos a cambio de prestar el servicio de interrumpibilidad, es decir, de reducir consumo cuando exista riesgo de colapso en el sistema eléctrico. Esas compañías con plantas en Galicia se llevaron en el 2016 unos 200 millones, de los 500 que se repartieron en toda España. Para Alcoa fueron 150 millones.

La multinacional deja las pérdidas y gana 350 millones

Alcoa, principal beneficiaria de los incentivos eléctricos, presentó ayer sus resultados a nivel mundial. El grupo ha vuelto a las ganancias (349 millones de euros), después de perder en los primeros nueve meses del año pasado 233 millones. Y todo porque el precio del aluminio que la multinacional se dedica a fabricar y a transformar se está recuperando.