El Gobierno no dará más ayudas para comprar coches de gasolina y diésel

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vazquez

Repartirá 100 millones este año y el siguiente para híbridos, eléctricos y conectados

12 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La industria del automóvil está en plena revolución tecnológica, y esa es la apuesta a la que el Gobierno central quiere dirigir su nuevo plan de ayudas a la compra, que entrará en vigor en cuestión de semanas. No será un nuevo plan PIVE como el que, a través de ocho ediciones consecutivas -desde el 2012 hasta el 2016-, se centró en incentivar un mercado alicaído, bonificando la compra de cualquier tipo de motor diésel o gasolina que costara menos de 30.000 euros.

Eso se ha acabado, y el castigo al motor de combustión que se sabía que iba a afectar a los denostados vehículos diésel se hace extensivo también a todas las modalidades de gasolina, incluso a las de más bajas emisiones de CO2.

Eso es, al menos, lo que contempla el plan redactado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para el reparto de la partida de 50 millones de euros habilitada en los Presupuestos Generales del Estado del 2017 -los que se aprobaron para su entrada en vigor en julio- para «financiar y apoyar a la movilidad eficiente y sostenible». El Dieselgate y la normativa ambiental que emana de Bruselas también han tenido que ver en la decisión del IDAE.

Este organismo, adscrito al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, plantea ahora que la dotación presupuestaria se divida en tres apartados. Por un lado, está prevista la aprobación de un plan de ayudas a la compra de vehículos propulsados por energías alternativas, denominado Promovea, que contará con 20 millones de euros, según la propuesta que se ha ido trasladando. Por otro, se contempla la puesta en marcha de otro par de líneas de incentivos, una para la instalación de infraestructura de carga en lugares públicos y otra de innovación, con especial atención a tecnologías vinculadas para el vehículo conectado (al smartphone), cuya dotación está aún abierta.

Apuesta de futuro

«Con este planteamiento, se quedan definitivamente fuera de las ayudas estatales a los coches de combustión diésel y de gasolina», explican fuentes del IDAE.

«No es ya solo una cuestión de emisiones contaminantes, que también, sino, sobre todo, de apuesta por la automoción del futuro», añaden desde el instituto. Y casi se atreven a poner fecha a la entrada en vigor de esta remesa de ayudas. «El programa será validado, previsiblemente, con una resolución en el próximo consejo de administración del IDAE, que se celebrará en la última semana del mes».

El malestar entre los fabricantes se palpa en el ambiente, porque el mercado, aunque sigue creciendo, no va tan bien como para dejar de incentivarlo. Y a ello se suma el envejecimiento del parque de vehículos que, en el caso de Galicia, supera los 12 años de media de edad.

En el Ministerio de Álvaro Nadal el mensaje es claro: el sector se tendrá que olvidar de los incentivos al diésel y a la gasolina. Recuerdan fuentes de este departamento que en el borrador de Presupuestos Generales del 2018 tampoco se contemplan planes similares al PIVE, sino una reedición del esquema de este ejercicio, con 50 millones de euros para el IDAE. Añaden que el Gobierno, con la intención de dar continuidad a estos programas, tendría previsto, igualmente, repetir ese reparto, al menos, hasta el 2019, según fuentes gubernamentales.

Tras la medida no solo hay cuestiones ambientales, sino también de movilidad de futuro «La única vía para que se active un plan de achatarramiento en los próximos meses es que el Gobierno conceda un crédito extraordinario, como ha sucedido con alguna edición del PIVE, algo que, actualmente, no está encima de la mesa», según destacan las mismas fuentes.

El mercado gallego consumió en cuatro años más de 43 millones en bonificaciones

Las ayudas que ha estado dando el Gobierno durante más de cuatro años para hacer aumentar las ventas de coches encontraron en Galicia uno de los mercados más activos del país. Entre el 1 de octubre del 2012 -cuando arrancaron las ayudas, en pleno desplome de ventas- y el reciente 31 de julio del 2016, que es el tiempo en el que han estado en vigor las ocho ediciones del plan PIVE (Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente), los gallegos compraron 69.691 vehículos que disfrutaban de esta bonificación.

Este volumen de operaciones logró reanimar la red comercial gallega, que, en este tiempo, despachó vehículos acogidos a alguno de los ocho PIVE por valor de 1.120 millones de euros, según estimaciones del sector comercial, a partir de un precio medio de venta de 16.000 euros.

Según el balance del IDAE, el mercado gallego consumió 43,5 millones de euros en ayudas del Gobierno para cambiar de coche (1.000 euros por compra hasta el 2015 y 750 euros en el 2016).

Este organismo dependiente del Gobierno estima que casi el 60 % de los coches vendidos en concesionarios de la comunidad se acogieron a algún PIVE, ya que en los años en vigor de estas ayudas las matriculaciones en Galicia se elevaron a 160.000 unidades.

El objetivo, además de incentivar el mercado, era ayudar al achatarramiento de vehículos de más de 10 años, sin embargo, en este aspecto, la comunidad gallega todavía tiene mucho camino que recorrer.