Bruselas impone a Amazon una multa de 250 millones de euros por eludir impuestos

ECONOMÍA

Jakub Kaczmarczyk / Efe

La Comisión Europea lleva a Irlanda ante el Tribunal de la UE por no recuperar 13.000 millones de euros de sanción a Apple

04 oct 2017 . Actualizado a las 19:42 h.

Starbucks, Apple y ahora Amazon. El paseíllo de la vergüenza en Bruselas sigue abierto para hacer desfilar a los gigantes evasores de impuestos. La última compañía en sumarse a la lista negra de la Comisión Europea ha sido la plataforma de venta más potente del planeta, en el punto de mira de las autoridades europeas de competencia desde hace tres años, cuando se iniciaron las investigaciones que han concluido hoy con una multa de 250 millones de euros: «Luxemburgo concedió beneficios fiscales ilegales a Amazon permitiendo que pagase cuatro veces menos que otras compañías sometidas a las mismas normas fiscales», aseguró esta mañana la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. A la danesa no le ha temblado el pulso a la hora de castigar las prácticas desleales del gigante estadounidense que se benefició durante ocho años (2003-2011) de un trato fiscal favorable respecto a otras competidoras y contribuyentes por parte de las autoridades luxemburguesas. Las trampas de la Hacienda del Gran Ducado permitieron a Amazon pagar solo por un cuarto de sus beneficios y adelgazar sus facturas a costa de provocar pérdidas multimillonarias en los países vecinos de la UE. El montante de la multa equivale al valor de la ventaja competitiva que puso haber recibido Amazon con estas prácticas.

Irlanda denunciada

Este no es el primero ni parece que vaya a ser el último caso. En agosto del 2016, Bruselas dejó caer la guillotina sobre Apple sin miramientos. A la compañía norteamericana se le obligó a devolver 13.000 millones de euros a las arcas públicas irlandesas, donde tiene situada su domicilio social. Una sanción histórica que puso en pie de guerra a la compañía y al propio Gobierno irlandés, quien temía perder poder de atracción ante las multinacionales. Al igual que Amazon, la compañía tecnológica también se benefició de ayudas ilegales que distorsionaron la competencia en el mercado europeo entre el año 2003 y el 2014. El mensaje que dio entonces Vestager fue claro: La elusión de impuestos no puede quedar impune en la UE. A pesar de las llamadas de Bruselas a Dublín para garantizar que el dinero se recuperaría antes del 3 de enero del 2017, todavía no ha habido progresos. «Más de un año después de que la Comisión adoptase la decisión, Irlanda sigue sin recuperar este dinero, no solo en parte (...) Es por ello que hoy hemos decidido llevar a Irlanda ante el Tribunal de la UE», denunció Vestager. Aunque las autoridades irlandesas han apelado la decisión de la Comisión Europea ante el TJUE, las obligaciones de recuperar los fondos siguen vigentes.

Bélgica también se vio obligada a recuperar hasta 700 millones de euros tras una resolución de las autoridades de competencia en enero del 2016. La comisaria concluyó que hasta 35 empresas se habían aprovechado de forma ilegal de un sistema de ingeniería fiscal orquestado por sus autoridades para adelgazar la carga fiscal a las compañías, una estrategia que genera enorme agujeros monetarios a las arcas públicas y competencia desleal entre Estados miembro.

Las investigaciones no terminan con Amazon. El hambre de Vestager ha puesto bajo su punto de mira al rey de la fast food, McDonald´s. Bruselas sospecha que la cadena estadounidense también podría haber usado todo un elenco de ventajas competitivas ilegales para engordar su cuenta de beneficios y declarar lo mínimo a las agencias tributarias europeas.

La multa anunciada hoy vuelve a poner a Vestager en el centro de las críticas de las autoridades de Estados Unidos. El país norteamericano acusa a la Comisión Europea de declarar una guerra sin cuartel a sus empresas. El contexto de guerra fiscal tampoco ayuda a rebajar la tensión. Washington ultima un plan para repatriar los beneficios de todas las compañías estadounidenses que operan en el exterior. El Gobierno de Trump está dispuesto a ofrecer ventajas fiscales para conseguir relocalizar sus sedes en territorio norteamericano.