La obra busca servir de guía para ayudar a superar problemas a aquellos empresarios que estén atravesando dificultades
26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La editorial Lo que no existe presentó este lunes en el auditorio de la Torre Bankia de Madrid el libro Empresarias, una manera de estar en el mundo, en el que se recogen las historias de cien mujeres emprendedoras seleccionadas entre España y Latinoamérica. La obra busca servir de guía para ayudar a superar problemas a aquellos empresarios que estén atravesando por dificultades, así como para aportar nuevas ideas a los modelos de negocio mejor asentados. Para ello, cada una de las protagonistas cuentan su historia desde un punto de vista personal, en las que los sentimientos destacan por encima de los números y de los datos. Y tres de estas referencias son gallegas.
Mariem Filgueira es la madre de la consultora estratégica y de innovación Sherpa empresarial, que colabora con el ayuntamiento de Pontevedra a través del Plan Verea. Se define como una apasionada del montañismo y lo deja bien claro en su relato, en el que parte de que tener una empresa equivale a realizar una travesía. «A veces la senda se vislumbra y otras la niebla hace que te pares y cojas el mapa», dice. Para lograr el éxito cuenta con dos pilares, la perseverancia, fundamental, y algo que denomina filosofía slowliño, concepto entre el inglés y el gallego que para explicarlo vuelve a recurrir a la montaña: «Se asciende como una persona mayor para descender como una joven».
Otra de las empresarias gallegas es Noemí Bellas. Destaca porque es descaradamente joven. A los 23 años, recién titulada, en el 2013, fundó Líbolis, la primera escuela de emprendimiento para niños y jóvenes de toda Galicia. Cuenta que durante sus comienzos, para que le hicieran caso, se vestía «de manera más seria». Esta coruñesa admite que al principio su idea tampoco hizo mucha gracia en casa: «Hija, ¿por qué no te buscas un trabajo estable?», le planteó su padre.
La tercera gallega que asoma en la obra es África González, quien compagina su cátedra en la Universidade de Vigo con la investigación y el trabajo en Nanoimmunotech, empresa que se dedica a buscar soluciones basadas en la nanotecnología, poniendo el foco sobre el sector sanitario, y que nació en el 2009 «para cubrir una necesidad en el mercado» gracias a un premio de 30.000 euros del Igape.