La eurozona espera a Merkel con impaciencia

a. l. BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

FRIEDEMANN VOGEL | EFE

La canciller alemana, que acaricia su cuarto mandato, marcará el futuro de una Europa obligada a reinventarse

11 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si las presidenciales francesas que desataron el huracán Emmanuel Macron fueron un órdago a la propia existencia de la UE (suena duro, pero era así), los comicios alemanes del día 24 dibujarán la Europa del futuro. De a qué tipo de proyecto comunitario, con la eurozona como elemento central, permitirá la todopoderosa canciller. Una Angela Merkel que se encamina hacia su cuarto mandato seguido desde que el 22 de noviembre del 2005 llegara a nuestras vidas. A la de todos, porque influye, impone y manda mucho.

La Eurozona espera a Merkel con impaciencia. El BCE, con un Mario Draghi que sigue exigiendo reformas de forma desesperada, ya no da más de sí. Llega la hora de la verdad y nadie en Bruselas imagina otro escenario que no sea el cuarto mandato consecutivo de la gran líder. Hubo un tiempo en el que su gran contrincante, el expresidente de la Eurocámara y socialdemócrata Martin Schulz, llegó a liderar las encuestas. Un espejismo. La diferencia es ya de 15 puntos en favor de Merkel. La duda es ahora saber cómo y con quién gobernará, porque una gran coalición, con la presión del europeísta Schulz, es la opción ideal para el sanedrín comunitario. «Llevamos meses diciendo que no se moverá nada hasta las elecciones alemanas y así será. Lo bueno es que ya están al caer», explican fuentes del Eurogrupo.

Estructuras financieras

¿Qué se espera con tanta impaciencia? Pese a lo que pudiera parecer, quizá por la cerrazón de Berlín, los famosos eurobonos «no son la prioridad», como dice el ministro español de Economía Luis de Guindos. «En seis meses debemos tomar decisiones como la unión bancaria y del mercado de capitales, mientras vamos mitigando y compartiendo riesgos. Y más allá de los cambios en la arquitectura institucional, creo que debemos ir hacia una mayor unión fiscal mutualizando una parte de los presupuestos nacionales».

Algo se está moviendo. Ya sea por el huracán Macron, que el jueves desde Atenas volvió a exigir una refundación democrática de Europa, o por la salida del Reino Unido del club, lo cierto es que Merkel parece dispuesta a moverse y dar un salto cualitativo en la integración europea. Y es que, tras el brexit, el 85 % de la economía de los 27 se traducirá en euros y esta es una realidad que ni Berlín y ni su ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, pueden obviar. El eje francoalemán parece resurgir con bríos y la Comisión lo ha aprovechado proponiendo una hoja de ruta para culminar ya la unión bancaria con el fondo común de garantía de depósitos, la creación de eurobonos light, un presupuesto para la Eurozona, un superministro de Finanzas del euro, un Tesoro de la moneda única o un FMI europeo. Todo se ha puesto sobre la mesa. ¿Qué dice Merkel? A finales de agosto, admitió que estaría «a favor de un presupuesto conjunto para la eurozona, pero de pequeñas cantidades para empezar. Para hacer reformas cuando no hay margen en el pacto de estabilidad y crecimiento». Defendió la conversión del mecanismo de rescate en una suerte de Fondo Monetario Europeo. Pero que nadie espere un cheque en blanco de Alemania, porque exige contraprestaciones a cambio.