«Apoyar a empresas cuando la banca no hace su papel tiene todo el sentido»

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

Cividanes avanza una nueva línea de fondos a partir de este mes para respaldar a firmas innovadoras

04 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Cividanes Roger (Vigo, 1967) llegó a la Administración gallega en un momento delicadísimo, en el 2011, a las puertas de la segunda recesión, para pilotar Xes Galicia, el hospital de campaña para empresas en el alambre. Desde diciembre está al frente del Igape y en un momento bastante más favorable. «Vemos firmas que quieren ganar más cuota de mercado, otras que empiezan o las que quieren ir a la internacionalización, la confianza se palpa».

-¿A ustedes acuden las empresas cuando el banco da un portazo o para que les asesoren?

-El Igape, juntando Xes Galicia y otras líneas, tiene unos 100 millones anuales para financiación. La financiación bancaria de las empresas gallegas es de más de 20.000. Podemos cubrir huecos, pero no ser un sustitutivo de la banca. Cuando hay crecimiento somos más un apoyo, como ahora a las start-up, buscando nuevos huecos de mercado donde no entra la banca.

-¿En qué sectores?

-Este mes aprobaremos un plan para mover 33 millones de euros en inversión innovadora, 27 millones para industria 4.0. Serán para pymes, con entre 100.000 y 1,6 millones de euros, y nosotros cubriremos el 65 % de la financiación; y el resto, la banca. Animamos a que las entidades financieras entren en esos proyectos de pymes que quieren innovar en mejoras competitivas a través de industria 4.0 y damos un paso al frente. También habrá fondos para financiar a compañías con componente innovador y con riesgo, y otros de emprendimiento para empresas, con recursos de la banca y de sus propios socios. En total, entre este año y el siguiente, 120 millones.

-¿Hay algún sector vetado?

-No. Nunca haríamos eso.

-Hablaba antes de las «start-up». Galicia está despuntando en ese nicho. ¿Ustedes están apoyando?

-Los datos son buenos, sí. Galicia es, tras Cataluña y Madrid, y empatada con el País Vasco, donde más start-up se están creando, 47 el último año. Eran 12 en el 2014. ¿Qué hace la consellería? Empezamos en Via Vigo, ahora Via Galicia, y ahí participamos y financiamos los 10 mejores proyectos. Luego se ha puesto en marcha un programa de aceleradoras público-privado, cubriendo desde inversión hasta gasto corriente para nuevas empresas tecnológicas. Y vamos por la segunda edición del Bussines Factory Auto, para un sector estratégico en Galicia, la automoción.

-Hablamos de «start-up» innovadoras y acabamos en lo de siempre: automoción, naval y textil. ¿El sector público no debe fomentar otros sectores?

-Es que pesan mucho en el PIB y en el empleo, y tenemos que garantizar que sigan siendo competitivos. Pero también vemos otros, como la aeronáutica o todo lo que tenga que ver con las nuevas tecnologías.

-¿Cómo está la morosidad de los préstamos del Igape?

-Hay distintos préstamos con distintas antigüedades. En el conjunto de todos los datos estamos en el 12 %. El comportamiento de la morosidad bancaria está por esos rangos en épocas más difíciles.

-¿Es asumible?

-Hay que mejorarlo, sobre todo porque viene una época de mejores expectativas. Pero de los préstamos nuevos la morosidad es prácticamente cero. En los dos o tres últimos años es mínima.

-¿Es un problema heredado?

-Hay que poner las cosas en su contexto. No es comparable la morosidad de los créditos de ahora con la de los de hace años, que pasaron por un ciclo económico complicado. Ver las cosas a toro pasado es muy fácil. Siempre hay motivos para dar una financiación, yo quiero pensar que sí. No se puede juzgar el pasado desde el presente sin atender al momento en que se produjo.

-¿Durante la crisis el Igape pudo ser un coladero de empresas inviables?

-No. Hace diez años no sabíamos adónde nos iba a llevar la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos. Nosotros, responsablemente, tenemos que ser un agente anticíclico con las empresas gallegas y, cuando el sector financiero no está, ayudar e intentar que las empresas no se destruyan.

-¿No se abusó de sus ayudas?

-No. Intentar apoyar a sectores o empresas estratégicas cuando la banca no hace su papel tiene todo el sentido.

«No hay deslocalización de industrias gallegas a Portugal»

Portugal se ha convertido en un polo de atracción para empresas gallegas, pero Cividanes matiza su impacto en la economía gallega: «Puede ser una oportunidad».

-¿Qué tiene que hacer la Xunta para evitar esa fuga de empresas al norte de Portugal?

-Primero, matizaría: no se están perdiendo empresas. Una cosa es que se estén montando compañías gallegas en Portugal, pero no está habiendo deslocalización. Cuando una empresa gallega abre una delegación en México, está creciendo. Si la abre en Portugal, lo mismo. No está cerrando su sede en España, probablemente se está acercando a una zona para unos trabajos que quizá no tengan cabida en España. Tenemos unas condiciones diferentes en salarios, y nosotros defendemos una economía basada en el talento y en la innovación, y no en sueldos bajos.

-Pero esa delegación que abre una firma gallega en Portugal puede ser un primer paso y que después acabe derivando toda la producción hacia allí. -No lo detectamos así. ¿La respuesta? Nosotros, aparte de apoyo al nacimiento de nuevas empresas y apoyo a la llegada de innovación, estamos yendo hacia una ley de implantación industrial que agilizará los procedimientos para instalar una empresa, reducir plazos para licencias y facilitar la ubicación en polígonos industriales. No es solo por Portugal, es consecuencia de una mejora de la competitividad. Portugal va a seguir ahí, con sueldos más bajos, y deberíamos pensar cómo utilizarlo como ventaja.

-¿Las empresas gallegas tienen que buscar nuevos destinos para sus exportaciones o crecer más en los mercados en los que ya están?

-Siempre se puede aumentar la cifra de mercados, sí, pero el número de países al que exportamos ya es enorme. Mantenemos el objetivo de que en el 2020 el 40 % del PIB sea por las exportaciones, y estamos en el 33 %. Hay margen.