El declive del coche diésel ya impacta en Galicia, con las ventas en picado

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

JEFF KOWALSKY | afp

Aunque sigue siendo mayoritario, pierde mercado en favor de los de gasolina y eléctricos

29 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro de los coches diésel pinta oscuro después de más de una década sin competencia. El mercado español llevaba meses advirtiéndolo, y en julio se produjo el sorpasso de los vehículos a gasolina (un 47,5 % de las matriculaciones y subiendo).

Este declive de la motorización diésel, que recorre toda Europa, también tiene impacto en Galicia, con unas ventas que decrecen mes a mes, aunque sigue siendo la opción aún mayoritaria en el mercado doméstico. Pero si en el 2015 este combustible representó el 76 % de las ventas en la comunidad, en estos momentos la proporción es de un 65 % (frente a un 32 % de gasolina), según Faconauto, la patronal española de concesionarios.

Los datos de ventas de julio muestran una caída de las matriculaciones diésel en Galicia del 7,3 %, y la tendencia se acrecienta en agosto en donde, a falta de tres días para cerrar la estadística, el mercado de vehículos a gasoil cae un 8,2 %, con 17.366 unidades matriculadas (de enero a agosto), frente a las 8.195 ventas de coches a gasolina, un mercado que, en lo que va de año crece un 13,24 % en la comunidad, al igual que se incrementa la demanda de híbridos y eléctricos.

Mala imagen

¿Y esto por qué? El escándalo del fabricante alemán Volkswagen, que falseó las emisiones reales de 11 millones de coches con este tipo de motorizaciones para intentar así burlar los controles medioambientales en medio planeta, puede explicar cierto desencanto del mercado.

Pero hay más razones de peso que justifican este movimiento. «Es un cambio de tendencia por ahora solo temporal. Pero hay un factor prioritario para el consumidor y es el meramente económico», explican fuentes de la red comercial gallega. «Comprarse un coche de gasolina sigue siendo más barato, y el factor del precio del carburante, que siempre ha jugado a favor del diésel, cada vez es menos importante porque la diferencia entre ambos combustibles se va reduciendo», aseguran. «También juega menos el factor consumo, ya que los coches de gasolina cada vez gastan menos», añaden estas fuentes. Lo cierto es que, atendiendo a los datos de la patronal de estaciones de servicio, el diésel sigue siendo, de largo, el más consumido, con una proporción de 8 litros frente a 2.

Desde Faconauto destacan otro factor disuasorio no menos importante: «Hay una mala imagen que ha adquirido la tecnología diésel, principalmente por el dieselgate de Volkswagen, pero también la persecución que sufren este tipo de motores en grandes ciudades, como Madrid, Barcelona y otras capitales europeas, que están poniendo coto a la circulación de coches diésel», afirma un portavoz de la patronal. Detrás hay motivos medioambientales.

¿Una pésima inversión?

Hay que recordar que la capital española, París y Ciudad de México acordaron en diciembre del año pasado prohibir en sus urbes a partir del 2025 la circulación de los vehículos diésel como una de las medidas clave para reducir los elevados niveles de contaminación que padecen estas ciudades.

«Es solo el principio de una tendencia que va a más. Así las cosas, comprar un vehículo que funcione a diésel puede ser una pésima inversión en pocos años», añaden desde la patronal.

Si a todo eso, sumamos el precio del seguro, más elevado, y la mayor presión fiscal en el impuesto de rodaje que hay que pagar a los ayuntamientos, la decisión a la hora de descartar un coche a gasoil empieza a estar cada vez más clara.

Y esto puede ser el principio. Porque también el PIVE, el programa público de ayudas para cambiar de vehículo, pende de un hilo en el caso de los diésel. Y es que, ante tal escenario de impopularidad, ¿qué sentido tiene bonificar su compra? El Gobierno español opina que ninguno. Por eso el borrador del nuevo plan para comprar vehículos nuevos excluye por primera vez los motores diésel convencionales, y cuestiona también algunas motorizaciones de gasolina. Se espera que entre en vigor a principios del próximo año, cuando iba a ser para este otoño.

El mercado gallego de eléctricos obliga a duplicar la red de puntos de recarga en apenas un año

Mientras los diésel echan el freno en el mercado, los esfuerzos de los fabricantes por mejorar la oferta de eléctricos que llega a los concesionarios hace que algo esté empezando a cambiar en las estadística de ventas. Según Faconauto, el mercado gallego va como un cohete, creciendo por encima del 64 % en lo que va de año, con 14 unidades cien por cien eléctricas, y cerca de un millar de híbridas (diésel o gasolina) matriculadas. La cifra es insignificante si se contextualiza en los más de 3.000 coches que se venden cada mes en Galicia. Pero los fabricantes de coches habla de un crecimiento «espectacular».

Al tiempo que el mercado da señales de que los conductores gallegos están preparados para el coche eléctrico, las carreteras y las ciudades empiezan a acelerar la oferta de soluciones. Los propietarios de estos vehículos pueden instalar el punto de recargar en su propia casa, o en la plaza de garaje del edificio. Pero el crecimiento de la demanda exige la habilitación de cargadores en espacios públicos, autopistas y autovías.

Esa oferta se ha incrementado en Galicia en el último año en más del doble. Según el portal especializado Electromapas, en septiembre del 2016, la comunidad gallega ofrecía apenas 40 puntos de recarga en zonas de acceso público. La misma publicación constata a día de hoy un total de 92 tomas de alimentación eléctrica: 49 en Pontevedra; 26, en A Coruña; 13 en Ourense y 4 en Lugo. La mayoría están en párkings, centros comerciales, hoteles o complejos turísticos y estaciones de servicio. Las electrolineras en cambio ha desaparecido del mapa.