El pago al contado supera a las hipotecas en la compra de viviendas en Galicia

Gabriel lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

La adquisición de inmuebles como inversión reduce el recurso al crédito

13 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mercado de la vivienda sigue con su recuperación. Lo hace con más fuerza en España que en Galicia (las compraventas de casas repuntan casi un 14 % en el conjunto del país hasta julio y apenas un 2 % en la comunidad), y espoleada por los pequeños ahorradores, que vuelven a ver en el ladrillo un producto de inversión atractivo. Porque, con los intereses por los suelos, la baja remuneración de los depósitos a plazos y otros productos conservadores que ofrecen los bancos no incentiva a quienes buscan sacarle algo de rentabilidad a su dinero.

Esa movilización del ahorro explica el auge de las compras de vivienda al contado, que ya suponen más de la mitad de las operaciones que se cierran en Galicia. En concreto, según los datos del Consejo General del Notariado, en el primer trimestre del año se vendieron en la comunidad 4.007 casas. Sin embargo, en el mismo período, solo se firmaron 1.822 préstamos destinados a la adquisición de vivienda. Esto implica que menos de la mitad de los compradores (apenas un 45,5 %) necesitaron acudir al banco para financiar la operación.

En realidad, el número de hipotecas sobre viviendas formalizadas es muy superior, por encima de las 3.000, pero el resto, hasta alcanzar esta cifra, tienen otra finalidad distinta a la compra de la propia casa, que solo se usa como garantía de pago. Y es que no es infrecuente que algún propietario tenga que hipotecar su casa para poder refinanciar otras deudas, para afrontar alguna reforma en la vivienda o incluso para sufragar los gastos de aceptación de una herencia.

El porcentaje de casas adquiridas al contado es incluso inferior al registrado el año anterior. Y es que en el 2016 se formalizaron más de 15.700 compraventas en Galicia, y de ellas 7.353 (un 46,75 %) precisaron de un préstamo hipotecario para sufragar la adquisición.

La tendencia en la comunidad es casi idéntica a la que se registra en el conjunto de España, donde la cifra de compras de viviendas financiadas a crédito supera ligeramente el 44 %. En el resto de los casos, las operaciones se abonan a tocateja, ya sea con el dinero ahorrado por los compradores o bien con ayuda de la familia.

Cifras que contrastan con las que se registraban en los años previos a la crisis, en plena burbuja, cuando dos tercios de las compraventas de inmuebles en la comunidad se financiaban a crédito. De hecho, hubo algún año, como el 2007, en el que llegaron a firmarse más hipotecas que casas se vendieron en España, una anomalía provocada por las operaciones especulativas, que hacían que un inmueble cambiara varias veces de mano en el mismo año, y por un consumo desbocado en el que no se dudaba en poner la vivienda como garantía para obtener un préstamo con el que financiar la compra de un coche o unas vacaciones.

Para los expertos, este cambio de tendencia, con una menor dependencia de la financiación bancaria, es una garantía que previene la formación de una nueva burbuja. Pero también la consecuencia del mayor atractivo del mercado inmobiliario como inversión. Para muestra, el último estudio de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, que analiza la rentabilidad que se puede obtener con el alquiler de viviendas y bajos comerciales en la comunidad. Aunque los retornos más atractivos los proporcionan los locales (en el caso de A Coruña ofrecen una ganancia media anual del 9,8 %), en el caso de las casas la cifra no es tampoco desdeñable: hasta un 5,5 % anual en Santiago, la ciudad con el mercado de arrendamiento más dinámico por la demanda de los universitarios, aunque en Vigo y A Coruña también se supera el 5 %. Rentabilidades muy superiores a las que se pueden conseguir con cualquier producto financiero (al menos, de los que luego no dan disgustos).

Mejora el crédito

Eso sí, para los que no tienen la liquidez necesaria para comprarse una casa sin pasar por la ventanilla del banco también hay buenas noticias. Y es que, poco a poco, el grifo del crédito se va abriendo. No solo crece el número de operaciones (un 10 % en Galicia en lo que va de año), sino que el importe concedido también es mayor. En mayo, la hipoteca gallega media sobre vivienda ascendió a 92.367 euros, un 8 % más que en el mismo mes del año anterior.

Lo que sí que baja, para alivio de los que viven pendientes del euríbor, son los intereses. Los préstamos se firman ahora con un coste medio del 2,9 %, casi tres décimas menos que hace un año.

Las áreas urbanas y costeras tiran del mercado en la comunidad

Ya sea a tocateja o con ayuda del banco, lo cierto es que las ventas de viviendas siguen creciendo en Galicia. Aunque la recuperación no es homogénea en toda la comunidad. Como no se cansan de repetir los expertos, hay tantos mercados inmobiliarios como ayuntamientos. A veces, incluso, la cosa cambia cuando se cruza de un barrio a otro. Por eso, para conocer la salud real del sector, hay que ajustar los aumentos de la lente.

El desglose por municipios ofrecido por el Ministerio de Fomento confirma que son las áreas urbanas de la comunidad y los concellos costeros los que tiran al alza de las ventas. A la cabeza, de nuevo, la ciudad de A Coruña, con más de medio centenar de transacciones en el primer trimestre del año (522). Aunque el repunte respecto al mismo período del año anterior, del 2,8 %, muestra que el mercado herculino está mucho más estancado que el de Vigo, donde se cerraron 490 compraventas, casi un 30 % más que entre enero y marzo del 2016.

Eso sí, de las siete grandes ciudades gallegas, la que presenta una mejoría más pronunciada es Pontevedra, donde las transacciones crecieron más de un 48 % en los tres primeros meses del año. También presentan datos positivos Ourense (29 %) y Lugo (3). Solo en dos urbes, Santiago y Ferrol, se vendieron menos casas que doce meses antes, con una caída del 20 y del 31 %, respectivamente.

Frente al descenso de las compraventas en la capital gallega, destaca el alza que registra su área metropolitana. En Ames se adquirieron 32 viviendas más que en el primer trimestre del 2016 y en Boqueixón la subida es de 19, aunque, medida en términos relativos, es mucho más espectacular, ya que supone un incremento del 237 %.

En buenas cifras se mueven también algunos concellos costeros. Entre ellos, el mejor ejemplo es el de Boiro. La localidad barbanzana experimenta un estirón superior al 150 %. Si entre enero y marzo del 2016 se habían vendido 17 inmuebles, en los mismos meses de este año la cifra escaló hasta los 43. Vilagarcía, Ribadeo o Nigrán son otras de las localidades costeras donde el mercado inmobiliario presenta un mayor dinamismo.

Si se deja de lado el número total de operaciones para atender solo al crecimiento, los mayores repuntes se dan en pequeñas localidades. El caso más espectacular, el de Cabana de Bergantiños, donde en tres meses se vendieron 13 viviendas, casi el doble que las ocho colocadas en todo el año anterior. El contrapunto, Castro de Rei, que empezó el año en blanco, frente a las ocho operaciones cerradas en el primer trimestre del 2016.