Pescanova quiere cerrar un pedido de 3 barcos antes de septiembre

s. antón VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M. Moralejo

Todos los astilleros de la ría, excepto Barreras, además del marinense Nodosa están en la carrera

24 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha llegado el momento. La dirección de Nueva Pescanova quiere cerrar a la vuelta de vacaciones los contratos de los primeros buques, tres arrastreros destinados al caladero de Namibia, con los que ha decidido iniciar la anunciada renovación parcial de la flota, tan antigua que el último pesquero que compró, el Sil, cumple este año la treintena.

El objetivo es renovar un total de ocho barcos hasta el 2020, operación para la que la compañía acordó destinar 42,5 millones de euros. Tres, los más urgentes, tendrán unos 50 metros de eslora y navegarán en aguas namibias, y los cinco restantes, de no más de 30 metros, pescarán camarón en Mozambique. El objetivo es que los primeros estén operativos a principios del 2019. «En realidad, querrían tenerlos en el 2018, pero eso es prácticamente imposible», afirman en el sector.

Todos los astilleros de la ría, excepto Barreras, además del marinense Nodosa están en la carrera. La decisión final va a depender no solo de la factura que presente cada uno, sino de la disponibilidad de espacio en las gradas para cumplir plazos de entrega especialmente ajustados.

En este sentido, Freire y Armón son las factorías que más complicado pueden tenerlo por ser los que más pedidos acumulan en cartera. También a Cardama le sería difícil una entrega a menos de dos años vista. Vulcano es el único que a día de hoy tiene la grada libre, ya que el ferri que está empezando a habilitar está en el agua. Una posible opción pasa por repartir el contrato.

Coinciden las fuentes del sector naval consultadas en que los barcos que quiere Pescanova, además de no ser complicados desde el punto de vista técnico, tienen la ventaja de que más del 80 % del negocio se quedará en Galicia, ya que el equipamiento que llevan lo fabrican auxiliares del entorno, lo que garantiza un precio más competitivo.

Aunque ningún aspirante a construir los buques quiere enseñar sus cartas, coinciden en que la factura de los arrastreros puede estar entre 10 y 12 millones, en tanto la de los camaroneros pueden rondar los 7 millones. «El único problema radica en el calendario», coinciden todos.