«Los salarios que tenemos no pueden soportar un IVA general tan alto»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ana García

Una familia gallega analiza lo que recibe del Estado a cambio de lo que paga

17 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Jose Rodríguez y Cristina Álvarez viven en Carballo. Tienen dos hijos, Kevin, de 13 años, e Iker, de 10. Ella es camarera. Él, cocinero y director técnico de un campamento de surf. No entran en detalles sobre cuánto ganan al mes entre los dos. Solo dicen que son una familia normal y que están en la media de la zona, «entre 800 y 1.000 euros netos cada uno al mes».

Jose no tiene ni idea de cuánto puede írsele cada año en pagar el IVA de todo lo que consume en el supermercado, en la factura de la luz, en tomar sus cafés o en contratar algún que otro servicio. Menos aún de cuánto suponen exactamente los gravámenes especiales que le aplican al llenar el coche de gasoil o encender la luz. Pero hay algo que tiene claro: «Del euro que pago por el café en el bar, unos nueve céntimos son para cubrir ese impuesto». Y ese porcentaje aún pasa, pero el 21 % del tipo general lo ve exagerado, sobre todo por lo ajustados que están aquí los sueldos.

«Una persona que gana 1.000 euros netos al mes, por redondear, quiere pintar la casa. Hay mucha gente que pregunta al autónomo ‘¿e podería ser sen factura?’ Claro, imagina que el trabajo son 300, con IVA son 363. Esos 63 euros son mucho dinero en un sueldo de 1.000 del que tienes que pagar el alquiler, la comida, las facturas... Solo con bajarlo al 8 %, como en Suiza, ya estarían ahorrando 39 euros. Ni para ti, ni para mi. Pagamos un IVA muy alto para unos salarios que no suben, ajustándolo más puede que hubiera menos fraude. Porque a veces no piden factura porque entonces la cuenta no da. Además, el Estado recaudaría más de ese modo», dice. 

Dónde está lo que pagan

A José le gusta decir que es de Malpica, pero en realidad nació en Suiza. Hace unos años vino a vivir a Galicia y no puede evitar comparar. «Una de las cosas que aquí me sorprenden es que las cunetas, por lo menos en esta zona, no están limpias, las calles tienen baches, hay a veces animales muertos en el arcén... Eso no lo ves allí. Entonces preguntas a dónde va lo que pago de impuesto de basura o a dónde va todo lo que estoy dando a las arcas públicas cuando pago el café».

«Bajando el tipo habría menos gente que no pide factura y habría menos fraude» Reconoce que aquí en España lo que más recursos públicos se lleva es el gasto social -seis de cada diez euros-, luego con el resto hay que pagar todo lo demás. «Lo entiendo y, claro, ves que el problema de fondo es la alta tasa de paro, que es gente que no cotiza impuestos directos que gravan el trabajo. Pero al mismo tiempo están pagando el IVA cuando hacen la compra. Pero al no tener mucha liquidez, no consumen tanto o compran para comer arroz -tiene un IVA del 4 %- en lugar de carne o pescado -tiene un 10 %-. No compran esos productos porque las cosas son caras por el IVA...».

También apunta que comparar Suiza con España no es fácil porque el primero es un país muy pequeño y aquí, además de los gravámenes estatales, cada autonomía tiene diferentes fiscalidades, pero quiere hablar de la educación.

«En Suiza, la educación es totalmente gratuita, no pagas ni por los libros de texto. Aquí empieza el curso y dejas medio sueldo. Entiendo que en un salario que es cuatro veces superior al español, un 8 % de IVA da para mucho. Pero aquí al menos todo lo relacionado con la educación debería estar exento, como el odontólogo o el comedor», dice. Y es que los libros están gravados con un 4 %, pero el material escolar, con un 21 %.