La inversión en vivienda cotiza al alza en Galicia por la alta rentabilidad

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MONICA IRAGO

El alquiler de un local puede dar un rendimiento siete veces superior al de la deuda pública

25 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Superada la indigestión de la burbuja inmobiliaria, conscientes de los excesos cometidos en los años previos a la crisis y con un mercado en alquiler en claro despegue en todo el país, los inversores han vuelto a girar los ojos hacia la vivienda en busca de las rentabilidades que no pueden encontrar en los productos financieros o de renta fija. Los bajos tipos de interés decretados por el Banco Central Europeo han tirado a la baja los rendimientos de los depósitos y los fondos de inversión, mientras que los sustos que se han llevado aquellos que se jugaron sus ahorros en la bolsa -el último, la subasta exprés del Banco Popular, que ha dejado a los accionistas sin un euro de lo apostado a la entidad- han avivado el interés por las inversiones más tangibles.

«La propiedad es un bien que se ve y se toca, a diferencia de acciones, preferentes, cocos y demás productos financieros más que cuestionados, como acciones que de un día para otro se evaporan», destaca Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que añade que en los últimos días, desde que se desató la crisis en el Popular, han recibido más consultas de inversores que quieren valorar las oportunidades que ofrece el mercado inmobiliario para sacarle una rentabilidad jugosa, pero segura, a su dinero. 

Para demostrar que el ladrillo ha vuelto a ser una buena opción para gestionar el patrimonio, la asociación ha realizado un estudio sobre los rendimientos que se pueden conseguir con el arrendamiento de viviendas, locales comerciales y oficinas en las siete grandes ciudades gallegas, cuyos resultados muestran unas ganancias potenciales que pueden llegar a multiplicar hasta por siete la rentabilidad que ofrece actualmente la inversión en deuda pública. Los locales comerciales son, con diferencia, los bienes que encuentran más salida en el mercado de alquiler y los mejor pagados. La rentabilidad roza los dos dígitos en el caso de A Coruña, donde se puede obtener un rendimiento del 9,8 %, frente al 1,4 % que ofrecen en la actualidad los bonos españoles a diez años, un valor refugio. Es un punto más que en Vigo y el doble que lo que se puede conseguir en Ferrol, la ciudad donde la ganancia potencial es más baja en Galicia. En todas las ciudades, el alquiler de bajos comerciales es el que ofrece más rentabilidad al inversor, aunque generalmente requiere también un mayor desembolso.

En segundo lugar se encuentra la vivienda, que ofrece un rendimiento anual -calculado como el retorno sobre la cantidad pagada para la adquisición del inmueble- de hasta un 5,5 % en Santiago, ciudad donde el mercado de arrendar es muy dinámico por la fuerte demanda de los universitarios. Le siguen las dos grandes ciudades de la comunidad, A Coruña y Vigo, donde el rendimiento de la casa también supera el 5 % anual. En la cola, de nuevo Ferrol, aunque el 3,8 % de ganancia anual que ofrece un piso en la ciudad naval sigue muy por encima de lo que se puede conseguir con cualquier producto financiero tradicional.

Con el alquiler de oficinas ocurre lo mismo, según el informe, aunque las tasas de rentabilidad son ligeramente inferiores. 

Un mercado que crece

Aunque las cifras en la comunidad están todavía lejos de los rendimientos que pueden ofrecer los activos en Madrid o Barcelona (salvo en el caso de los locales comerciales, con cifras más altas en A Coruña que en cualquiera de esas dos grandes ciudades), Iglesias destaca el buen comportamiento del mercado gallego del alquiler. Y es que, explica, más del 20 % de los hogares de las siete grandes ciudades están arrendados, «pero si nos vamos al segmento de locales y naves industriales, la proporción de los que están en alquiler sube al 68 %, y si lo ampliamos al mercado de oficinas este porcentaje subiría hasta el 77 %».

Y hay un cambio de comportamiento. Antes el pequeño ahorrador hacía una inversión exprés en ladrillo, comprando una vivienda sobre plano y vendiendo meses después, incluso antes de escriturar, llevándose la jugosa plusvalía que se había generado; ahora la situación del mercado inmobiliario orienta la inversión hacia el mercado de alquiler. Ayudan los bajos tipos de interés, ya que, como explica Diego Esquer, delegado de Gesvalt en Galicia, «el coste de financiación [para sufragar estas inversiones] es prácticamente nulo». «Lo que más se está vendiendo son apartamentos de hasta 100.000 o 120.000 euros, de los que solo una parte se financia con hipoteca o que, en algunos casos, se pagan a tocateja», apunta el experto, que destaca la alta rentabilidad de los pisos de alquiler turístico en las Rías Baixas.

A Coruña, la ciudad en la que más se vive de alquiler

El estudio de Fegein confirma que, tras el pinchazo de la burbuja y la eliminación de la deducción fiscal para la adquisición de vivienda nueva, se ha producido un cambio de tendencia en el mercado inmobiliario, en el que el alquiler tiene cada vez más peso. Entre las ciudades gallegas analizadas por la federación (que toma los datos de las inmobiliarias asociadas), A Coruña es donde se detecta un mayor porcentaje de hogares viviendo en casas arrendadas. Suponen casi una cuarta parte del total (24,3 %), un punto superior al porcentaje que se registra en Vigo (23,1 %). También Ourense y Santiago superan la barrera del 20 % y del resto de ciudades, todas muy cercanas ya a esa cuota, Pontevedra es la que se queda más atrás, con un 18,8 % de los hogares en alquiler.

Si se atiende a los precios, la cosa cambia. Es en Vigo, con un coste medio de 6,95 euros el metro cuadrado, donde se piden las rentas mensuales más altas por los pisos arrendados, seguida muy de cerca por A Coruña, con 6,5 euros de promedio. En Pontevedra, Santiago y Ourense el metro cuadrado en alquiler supera también la barrera de los cinco euros (5,9, 5,6 y 5,1, respectivamente), mientras que los precios más bajos se registran en Lugo (4,8) y Ferrol (4,1).

Si se amplía el foco a las provincias, los alquileres más caros están en Pontevedra, con 6,1 euros por metro, frente a los 5,7 de A Coruña y los 4,8 de Lugo y Ourense.