La entrada de Galicia en la era de la modernidad subyace en cada uno de los relatos que conforman el cuarto y último tomo de «Historias de Galicia». Narraciones de emprendedores que hicieron posible la llegada del ferrocarril o el acceso a la electricidad. «Barreiros, el motor español» es una de ellas
17 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Primero desafió las leyes físicas y a finales de los años cuarenta consiguió lo «imposible si se analiza técnicamente»: transformar los motores de gasolina en motores diésel. «Si hubiera sido ingeniero», dice, «no hubiera hecho lo que hice». No fue un logro baladí: el litro de gasóleo costaba 1,80 pesetas en 1950, el de gasolina 6,25 pesetas a precio de cupón de racionamiento y doce pesetas en el mercado negro.
Después, en 1954, patenta su propio motor: el EB-6. Inspirado -o copiado, según sus detractores- en un modelo de la Perkins británica. Funda con sus hermanos la compañía Barreiros Diesel, S. A., con instalaciones fabriles en la localidad madrileña de Villaverde. Se propone fabricar camiones y choca con la enemiga del INI: el poderoso holding público siembra de tachuelas su camino. [...]
Al volante del prototipo que ha ganado el concurso en Portugal, y con una mano vendada, Eduardo Barreiros se presenta ante Franco en El Pardo. El dictador queda complacido por la demostración y su protección surte efecto de inmediato. «Desde aquella fecha», confiesa el emprendedor, «todo fueron facilidades para las autorizaciones que fuimos precisando». Las escaramuzas que enfrentan a la vieja guardia falangista con los tecnócratas del Opus ya no le afectan. Los vehículos industriales de Barreiros Diesel se enseñorean de España en la frontera del desarrollismo.
Y es entonces cuando el industrial ourensano da un paso en falso: quiere fabricar turismos. Para ello necesita un potente socio tecnológico y fuertes inyecciones de capital. Barreiros Diesel es una empresa muy rentable, pero con problemas de tesorería derivados de las masivas ventas a plazos. Después de llamar a varias puertas, encuentra ambas cosas en la Chrysler estadounidense.
El acuerdo se produce en 1963: la Chrysler asume el 40 % del capital de Barreiros Diesel. Desembolsa más de 1.100 millones de pesetas, un fortunón en la época. El New York Times dedica amplio espacio al enlace y sitúa a Barreiros entre los seis hombres de negocios más importantes de Europa. Pero el matrimonio no durará: el lujoso Dodge Dart que fabrica la empresa no puede competir con el humilde Seat que fabrica el sector público o los Renault que salen de la cadena de montaje de Valladolid. Tampoco el modesto Simca 1000, donde, según cantaba el grupo Los Inhumanos, era muy difícil hacer el amor.
El divorcio se produce en dos tiempos. En 1967, la Chrysler acapara el control de la empresa con el 77 % del capital. Dos años después, la familia Barreiros vende las últimas acciones. La Chrysler reconocía la capacidad técnica y el genio emprendedor de Eduardo Barreiros. [...] le exigió una significativa contrapartida: el industrial no se dedicaría al sector de la automoción durante cinco años.
[...] Barreiros volvió a lo suyo. Ofreció sus servicios a los gobiernos de Arabia Saudí, Marruecos, Filipinas, Egipto y Cuba. [...] En Cuba puso en marcha la industria del automóvil. Allí patentó el motor Taíno que, sometido a una rigurosa prueba, se mostró más robusto y eficiente que un motor Nissan. Anticomunista y protegido de Franco, admiró a Fidel Castro y falleció en La Habana, inesperadamente, en 1992.
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«La forja de la modernidad»
El cuarto y último tomo de «Historias de Galicia» lo componen 68 relatos con los que se culmina la colección del autor Fernando Salgado. El volumen podrá adquirirse mañana, domingo, con La Voz de Galicia, al precio de 3,95 euros.