La compra supondrá inevitablemente el cierre de oficinas por duplicidades. Hay coincidencias en un centenar largo de concellos, según las cuentas hechas por La Voz y desveladas hace más de tres semanas, cuando parecía inevitable que un grande se quedara con el Popular-Pastor. El Gobierno azuzó el mercado proponiendo a la pública Bankia, y ha logrado su objetivo: que se lo quede una entidad privada.
Gana Ana Patricia Botín en su primera operación en España tras asumir la presidencia a la muerte de su padre. Ganan los ahorradores, y las empresas clientes, que verán como su dinero pasa a una entidad sistémica y clave para el negocio bancario europeo. Pierden los miles de accionistas del Popular, que se quedarán sin su participación. Perderán muchos empleados porque la compra supondrá despidos. Y perderá la competencia porque cada vez quedan menos actores en el mercado bancario. Y menos que seguirán quedando.