El Popular se ofrece en venta a la gran banca española para despejar su futuro

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

El accionariado del Banco Popular
La Voz

Bankia, entre los favoritos para la operación después de que De Guindos confirmara el interés

17 may 2017 . Actualizado a las 07:41 h.

A las 18.30 de la tarde de ayer expiraba el plazo que el Popular marcó a las grandes entidades financieras del país para que dieran una muestra de interés, preliminar y no vinculante, por la compra del banco que preside Emilio Saracho. Tan solo unas horas antes, a través de un hecho relevante enviado a la CNMV, el Popular había admitido por vez primera que efectivamente estaba explorando de forma directa la vía de su venta, para cuya asesoría ha contratado a dos bancos de inversión: JP Morgan, del que Saracho fue vicepresidente mundial, y Lazard.

De hecho, fuentes financieras confirmaron que el pasado fin de semana todos los grandes bancos habían estado analizando los expedientes de riesgo del Popular -el segundo mayor banco de Galicia, donde opera como Pastor- y revisando sus principales cifras y activos. La propia entidad lo confirmó en su comunicado a la CNMV, en el que explicaba que «diversas entidades se han manifestado interesadas en explorar una posible operación. Se ha procedido a un primer intercambio de información con ellas y se ha solicitado una muestra de interés preliminar para el día de hoy [por ayer], para, en su caso, continuar analizando una posible operación». El banco asegura que esta movimiento «no es vinculante», es decir, que podrá parar el proceso en cualquier momento. Pero le servirá para tantear sus opciones.

El sector, que ya ha comenzado a mirar los números, por el tamaño de la entidad y los activos vinculados al inmobiliario, apunta a la necesidad de fortísimas provisiones, lo que genera dudas sobre cómo acabará esta operación.

Aunque los grandes bancos guardaron silencio sobre si finalmente manifestaron ayer su interés real, el sector da por hecho que al que más atractiva le resulta la operación es al BBVA, que es también la única entidad que presentó en el pasado, siendo Ángel Ron presidente, una oferta para hacerse con él, pero las cuentas no terminaron de encajarle a Francisco González. Las mismas fuentes apuntan a que el Santander también podría estar interesado, aunque en menor medida, mientras que el Sabadell, que no quiso pronunciarse sobre si se había presentado o no, manifestó que ya descartó la operación en su día. Por tamaño y necesidad de provisiones, parecía algo arriesgado.

A esos posibles pretendientes se suma también Bankia, ya que el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró ayer que el banco nacionalizado está analizando la situación del Popular y su «potencial interés». Y eso ha situado a esta entidad pública en una posición preferente ante esta operación. La opción de Bankia -que debería autorizar previamente Bruselas, al ser un banco aún bajo su tutela- no sería desdeñable, ya que permitiría inyectar dinero público en el Popular indirectamente.

Llama De Guindos

Hasta el momento, el Gobierno se había mantenido oficialmente al margen en la crisis de esta institución financiera, limitándose a enviar mensajes de tranquilidad sobre su solvencia, como el que hace una semana lanzó la secretaria de Estado de Economía. Pero De Guindos llamó hace un par de semanas a la gran banca instándola a implicarse en la solución de la crisis del Popular, lo que supuso que todas las entidades analizaran las cuentas del banco.

Otras fuentes consultadas interpretan las palabras del ministro sobre el «interés» de Bankia en comprar el Popular como un «claro intento de espolear a Santander y a BBVA». Sostienen que al Gobierno «le gustaría» una solución privada al 100 %.

Solución rápida: junio

En cualquier caso, el sector coincide en que «sea cual sea la solución tiene que ser rápida». Porque en la dirección del banco no se descarta por completo una ampliación de capital. El objetivo a la vista es tener cerrada la operación a principios del próximo mes de junio. La incertidumbre «no es buena» ni para el país, porque puede acabar traduciéndose en una subida de la prima de riesgo si se siembran dudas sobre el sistema financiero, ni para el sistema bancario, por el efecto arrastre para el conjunto de los bancos, subrayan fuentes financieras.