El Gobierno apunta a unas prestaciones más bajas en relación con los salarios para asegurar el futuro del sistema

D. v. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Paco Campos | EFE

El secretario de Estado de Seguridad Social mostró su preocupación por la «sobrepresión» económica que las nuevas pensiones están suponiendo para el sistema

26 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«La relación entre pensión y salario tiene que ser más realista». Con esta afirmación el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, mostró ayer su preocupación por la «sobrepresión» económica que las nuevas pensiones, de mayor cuantía, están suponiendo para el sistema. De esta forma, el Gobierno apunta a la necesidad de que las prestaciones sean en el futuro más bajas en comparación con los salarios. Esa relación es lo que se denomina tasa de sustitución, y en el caso de los nuevos jubilados asalariados implica que su pensión es el 94,3 % de su anterior sueldo. Una situación que, según recordó Burgos, supone una tensión «muy importante» para la viabilidad del sistema.

Durante su intervención en la comisión de presupuestos del Congreso, el secretario de Estado insistió en que la tasa de sustitución en España es de las más altas de la OCDE. El problema es que los trabajadores que se jubilan hoy lo hacen con salarios elevados, lo que supone una pensión más alta. «Las nuevas mejoran claramente su tasa de sustitución», sentenció. Para reflejar el impacto que este comportamiento implica para el sistema, Burgos explicó que en el 2016 el efecto sustitución suponía 1,6 puntos porcentuales en el incremento del gasto en pensiones y que en el 2017 se elevará a 1,7. En cualquier caso, resaltó que moderar la tasa «no significa que los pensionistas vayan a tener pensiones más bajas».

Prestaciones futuras más bajas

Lo cierto es que el funcionamiento de la legislación actual ya permitirá reducirlas. Y es que la reforma de las pensiones del 2013 amplía de forma progresiva los años que se toman como referencia para calcular la prestación (de 15 a 25 años). También el factor de sostenibilidad -que empezará a funcionar en enero del 2019-, y ligará la cuantía de la pensión a la esperanza de vida. Todos estos parámetros reducirán la tasa de sustitución. De hecho, algunos expertos estiman que cuando todos estos índices estén plenamente en vigor las pensiones bajarán un 40 % hasta el 2050. Y a los factores anteriores hay que sumar la pérdida de poder adquisitivo que se produce solo por el desfase entre la inflación y la revalorización aprobada por el Gobierno, del 0,25 %.