La revisión del catastro destapa casi 5.000 nuevos grandes propietarios en Galicia

r. santamarta / a. balseiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MIGUEL VILLAR

Más de 340.000 gallegos declaran hoy tener más de diez bienes inmuebles, una cifra histórica

13 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La revisión extraordinaria del catastro que está llevando a cabo Hacienda por tierra -inspecciones sobre el terreno- y aire -uso de drones y satélite- ha provocado que afloren en Galicia casi 5.000 grandes propietarios, los que tienen más de diez posesiones entre las zonas rurales y urbanas; se incluyen ahí fincas sin edificar, establos, galpones, vivienda individual, aparcamiento, bajos comerciales, instalaciones industriales o las controvertidas piscinas de obra, que también hay que declarar.

El Catastro acaba de actualizar sus datos, cerrados a 31 de marzo, y eleva la cifra de grandes propietarios en Galicia -esos que cuentan con más de diez bienes- hasta los 341.465, la cifra más alta registrada hasta ahora por la Administración. Son prácticamente 5.000 más que en marzo del 2013, justo el año en el que se inició este procedimiento extraordinario de regularización. Esos nuevos titulares de bienes en la comunidad -un territorio que pierde población año tras año- afloran por tres motivos principalmente: por acción directa de la inspección, con la correspondiente sanción; por los propios propietarios, que ante los barridos por toda la comunidad dan el paso ellos antes de que actúe Hacienda; y también, pero en menor medida, por la entrada de nuevos operadores, por ejemplo bancos o fondos de inversión que se han quedado con bienes inmuebles.

La sanción cuando se descubre un bien no declarado es bastante discreta: 60 euros de tasa por cada uno de ellos, y la obligación de regularizar la situación en el concello correspondiente.

Lo cierto es que entre bienes urbanos y rústicos se cuentan 3,4 millones de propietarios en Galicia. Son titulares catastrales las personas naturales y jurídicas (empresas) dadas de alta en el Catastro Inmobiliario por ostentar la titularidad de alguno de los siguientes derechos: concesión administrativa sobre el bien inmueble o sobre los servicios públicos a que se halle afecto; derecho real de superficie; derecho real de usufructo; derecho de propiedad.

Más repunte en las ciudades

Si se toman solo los datos del último ejercicio -entre marzo del 2016 y el mes pasado-, se detecta una subida de un millar de nuevos declarantes.

La comparación con lo sucedido antes de iniciarse la inspección del catastro es muy significativa cuando se toma solo lo sucedido en el entorno urbano. Ahí el número de gallegos que en apenas cuatro años se han declarado multipropietarios ha subido de forma notable. En la horquilla que va entre los 11 y los 25 bienes declarados por vecino, el número de titulares ha escalado casi un 40 %. Un repunte también muy relevante -del 30 por ciento- sucede entre los que dicen ahora ser titulares de entre cinco y diez bienes.

En el entorno rural, en cambio, las subidas son mucho más discretas, apenas un 4 o 5 % desde que se iniciaron las inspecciones. Ahí es donde más han aflorado bienes como piscinas o establos para animales que han tenido que regularizarse y empezar a pagar un IBI que en algunos casos ha supuesto fuertes incrementos en la factura. Porque a la investigación de Hacienda se suma que los concellos han aprovechado para revisar al alza los valores catastrales y mejorar sus ingresos, aun a costa de los vecinos.

Hay, además, casi 37.000 dueños de más 50 bienes repartidos por la comunidad. Prácticamente todos -36.000-, en las zonas rurales, aunque no se especifican los municipios; y esto tampoco es muy fiable porque la regularización no se ha completado por igual en todo el mapa.

El plan de regularización catastral revisará 80 concellos durante este año

En su intento por cercar el fraude, el Ministerio de Hacienda puso en marcha a finales del 2013 el bautizado como programa de regularización de bienes inmuebles, un plan que concluirá este año y que, según los últimos datos oficiales, actualizados el pasado julio, descubrió en Galicia casi 220.000 inmuebles que estaban ocultos a los ojos del Catastro. Este año se revisarán 80 concellos, que se sumarán a los 169 ya escrutados. Las principales claves del programa, a continuación:

Objetivo

Adiós a las «obritas» no declaradas. Comienza siendo una pequeña reforma y acaba convertida en una más que notable ampliación de superficie y altura de la casa. O, ya puestos, en una piscina en el jardín o en una nueva construcción que, sin embargo, no hemos registrado en el Catastro y por la que, en consecuencia, no tributamos. Cazar estos inmuebles fantasma, urbanos o rústicos, y obligar a sus propietarios a regularizarlos es el objetivo del programa. Se trata de «garantizar la adecuada concordancia de la descripción catastral de los bienes inmuebles con la realidad», explican en Hacienda.

Medios

Por tierra, mar y aire. ¿Y cómo se persigue el fraude? Pues por tierra, mar y aire. Literalmente, ya que a las inspecciones sobre el terreno Hacienda ha sumado la supervisión por satélite y el uso de drones y Google Maps.

Procedimiento

Notificación y alegaciones. Tras detectar la anomalía, la agencia regional del Catastro envía al contribuyente una carta notificándosela. El ciudadano tiene un plazo de 15 días para presentar alegaciones y justificar su disconformidad, de haberla.

Tasas e impuestos

60 euros por regularizar. ¿Cuál es la consecuencia de que nos descubran? ¿Hay sanción? No por parte de Hacienda, ya que que una edificación o una reforma no haya sido declarada nada tiene que ver con su ilegalidad a efectos urbanísticos, que es competencia municipal. Por ello, el Catastro únicamente cobra una tasa de 60 euros por cada uno de los inmuebles regularizados -con ello financia el programa de revisión-. El contribuyente deberá luego ponerse al día con los impuestos y, según el fisco, en los concellos en los que se ha inspeccionado, el importe medio del IBI se ha incrementado entre el 6,24 % y el 6,79 %, dependiendo de las provincias.

Resultados

Casi 220.000 inmuebles. En su primer año en vigor, el programa detectó en Galicia 25.600 edificaciones irregulares en 27 concellos escrutados, principalmente nuevas construcciones y ampliaciones. Pero no solo, ya que un 4 % del fraude localizado (algo más de mil casos) fueron piscinas. Y las cifras no han dejado de crecer desde entonces, ya que al cierre del primer semestre del 2016 -el procedimiento de regularización concluirá en diciembre de este año- habían aflorado cerca de 220.000 inmuebles ocultos, de los que casi 6.000 eran piscinas, después de peinar 169 municipios gallegos. En lo que resta de año, el Catastro extenderá las revisiones a otros 80 concellos de la comunidad. Para que nada escape al Gran Hermano del fisco.