Pescanova consumará la dilución de su antiguo accionariado el 19 de abril

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

Los viejos socios impugnarán la ampliación de capital, sin apenas tiempo ni dinero

23 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La vieja Pescanova se revuelve como un gato panza arriba para mantenerse viva, pero el tiempo se agota. Los antiguos dueños (De Sousa, Masaveu, Paz Andrade, el fondo buitre Broadbill y más de 9.000 minoritarios) agrupados en la sociedad de cartera Pescanova SA han decidido llevar a los tribunales la ampliación de capital que los nuevos propietarios (la gran banca acreedora) lanzarán el próximo 19 de abril, fecha de la junta de accionistas que activará la operación, por una suma de entre 400 y 450 millones.

Esa capitalización de créditos supondrá la inmediata dilución del viejo accionariado, y su 20 % de participación actual en la nueva Pescanova quedará reducido a un 1,6 %.

Ante tan negro escenario había dos opciones: acudir a la Justicia para detener la ampliación de capital o sumarse a ella, que era lo que pretendía el fondo Broadbill apoyado por Sodesco, la sociedad del expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa. Ayer, el 53 % de los accionistas de esta sociedad de cartera optaron por litigar con la gran banca, una estrategia de alto riesgo se mire por donde se mire, ya que el margen de tiempo es escaso, y los recursos económicos prácticamente nulos (no genera ingresos propios, y su cotización en la CNMV lleva 4 años suspendida).

Litigio de riesgo

«Impugnar conllevará la liquidación de Nueva Pescanova, que necesita la ampliación de capital; y Pescanova SA no tiene dinero para hacerlo. Está incapacitada para pagar 1,6 millones de costas judiciales si fracasa y, en caso de éxito, el proceso se tardaría en ejecutar», advirtió Luis Martín en nombre de Broadbill.

A esta tesis respondió el consejero Eduardo Legarda, minutos antes de cesar en el cargo, para defender la vía del litigio: «Los créditos que tenemos para participar en la ampliación de capital no son dinero nuestro. No podemos invertirlo en una empresa. Es dinero que nos ha dado el acuerdo concursal tras una crisis del 90 %. E impugnando la ampliación no llevamos a Nueva Pescanova a la liquidación. Al contrario, le habríamos quitado 300 millones de deuda», añadió.

Final del viaje

Una vez más, los accionistas que asistieron este miércoles a la junta celebrada en Redondela insistieron en la gran pregunta: ¿cuándo volverán a cotizar los títulos de Pescanova SA? «Lo que nos está pasando es un agravio comparativo respecto a otras sociedades que raya en la injusticia. Abengoa o Ercros ahí están, y nosotros llevamos cuatro años. Somos una sociedad sin fondos y sin nada, que está en el aire», reflexionaba un minoritario.

La respuesta del consejo no alivió la incertidumbre: «Hace dos semanas enviamos un documento completo, de 300 páginas, que responde a la CNMV en todo lo que nos ha pedido. Ahora ya es una decisión pura de la CNMV. Entendemos que hemos terminado nuestra labor y que este es el final del viaje», afirmó Legarda, a modo de despedida.

De Sousa vuelve al consejo, a la sombra del fondo Broadbill

Con la vía judicial elegida por mayoría para luchar por la supervivencia, los miembros del consejo de la vieja Pescanova que han administrado la sociedad en los últimos tres años presentaron ayer su renuncia.

Alejandro Legarda, Diego Fontán (Masaveu), Fernando Herce (Iberfomento) y Carlos Sanz (por los minoritarios) cedieron el testigo a un renovado órgano de administración en el que por primera vez desde el año 2013 vuelve a tener representación el expresidente de la pesquera, Manuel Fernández de Sousa. No se trata de una representación nominal, sino a la sombra del fondo especulador Broadbill, aliado de Sodesco (la sociedad de De Sousa) en todas las votaciones, que sentará en el consejo a Luis Martín, que además ejercerá de secretario del consejo.

Esto ocurre a pesar de que De Sousa tiene embargadas por orden judicial sus acciones de Pescanova (además de todos los bienes declarados), como medida cautelar, dentro del proceso que instruye el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata por su responsabilidad en la quiebra de la pesquera. Alejandro Fernández, Luis Malo y Juan Manuel Ginzo, todos ellos abogados, cubrieron las otras vacantes que ayer quedaron libres en el consejo de Pescanova SA.