Victoria González: «Existe más conciencia fiscal porque hay más información»

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN A. SOLER

La responsable de la gestión tributaria defiende la mayor eficiencia del actual modelo de agencia

12 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vinculada a la escala de finanzas de la Xunta desde el año 2001, Victoria González Vázquez fue el relevo de Ulpiano Villanueva al frente de la Axencia Tributaria Galega (Atriga) en el verano del 2015.

-Este modelo de agencia lleva en vigor cuatro años. ¿En qué ha cambiado la administración tributaria de la comunidad desde entonces?

-Hemos apostado por potenciar mucho más la información y la asistencia, por lograr el cumplimiento espontáneo por parte de los contribuyentes de sus obligaciones fiscales, y eso se ha conseguido. Se centralizó también la lucha contra el fraude en una unidad más específica, dirigida desde servicios centrales. Esta es menos visible y transparente para el ciudadano, pero mucho más eficiente a nivel interno. La Atriga también tiene más competencias que las que poseía la dirección xeral, como la gestión del canon o las atribuciones de las oficinas liquidadoras.

-¿Considera que existe poca cultura fiscal en el contribuyente?

-A nivel europeo e internacional nuestra cultura no es de las más altas, como sí ocurre por ejemplo en los países nórdicos, con más arraigo del cumplimiento de las obligaciones tributarias, a diferencia de lo que sucede en el sur de Europa. Cada vez hay más conciencia fiscal porque hay más información y más herramientas en manos de los contribuyentes. Se trata de que los ciudadanos entiendan que deben reforzarse los ingresos para sostener el gasto público. En esto sí se ha avanzado.

-¿Y cuáles son los resultados?

-Han aumentado cuatro puntos las autoliquidaciones comprobadas que damos conformes. Es decir, que cada vez más el contribuyente declara correctamente los impuestos que tiene con nosotros. Se ha pasado del 88 al 92 %.

-¿Por qué hay tantas reclamaciones ante los tribunales económicos y administrativos?

-El número es estable, no ha crecido. Es importante distinguir entre un ciudadano que oculta de otro que presenta su liquidación, aunque nosotros podemos entender que no sea correcta por una discrepancia en la interpretación de las normas. Obviamente, todo acto administrativo puede ser recurrido, primero en reposición y luego ante el tribunal económico-administrativo. Nuestro porcentaje de recursos está entre el 10 y el 12 %.

-¿Cuáles son los resultados de la lucha contra el fraude?

-Lo primero es aclarar que una cosa son las discrepancias con el contribuyente y otra los hechos imponibles no declarados, algo que conlleva una sanción. En el plan de lucha contra el fraude, como hace la AEAT, incluimos todas las actuaciones. Lleva tres líneas; información, asistencia y control preventivo; el control extensivo e intensivo, es decir, la gestión para los declarantes y la inspección para no declarantes, y luego el control de la fase recaudatoria. Por eso damos el dato global de deuda detectada. Y la de gestión respecto a la de inspección, la proporción, suele ser dos tercios frente a un tercio. La Atriga ha hecho aflorar más de 600 millones, y solo el año pasado fueron 150. Este ejercicio queremos detectar deuda por 20 millones más.

-¿Dónde están los mayores focos de ocultación?

-Nuestros principales impuestos son el de patrimonio, el de transmisiones patrimoniales y sucesiones. Estamos hablando de gente que excede el límite en patrimonio y no declara, o que oculta herencias.

-¿En qué medida cree que la crisis ha empujado a la gente a defraudar?

-Que haya una recesión económica, en general, no significa que los contribuyentes quieran ocultar, sino que tienen mayores dificultades para pagar. En su momento, sí se notó un incremento muy importante en la solicitud de aplazamientos y eso es algo que ahora ha empezado a bajar.

-¿Qué condiciones hay para aplazar?

-No hay ningún tipo de estandarización, como sí ocurre en otras Administraciones: hacemos un estudio individualizado en función de la situación de liquidez y de las circunstancias de cada uno para que pueda pagar.