La quiebra de Pescanova cumple cuatro años relegada en la Audiencia Nacional

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

JUAN LAZARO

Nueva Rumasa, los Pujol o la Gürtel impiden cerrar la instrucción y señalar el juicio

09 mar 2017 . Actualizado a las 08:00 h.

¿Qué tienen en común los seis hijos del fallecido Ruiz Mateos, la familia Pujol y 280 ciudadanos taiwaneses con Pescanova y la veintena de investigados por la quiebra del grupo pesquero gallego en el año 2013? Pues que todos ellos están unidos por un nombre: José de la Mata, el magistrado de la Audiencia Nacional encargado de la instrucción de los 5 casos, además de la investigación sobre la caja B del PP, es decir, la trama Gürtel, reabierta en la última semana.

«El juez está hasta arriba», dicen fuentes de uno de los juzgados de mayor trasiego de la Audiencia Nacional, el de Instrucción número 5, que, hace ahora cuatro años, entonces con Pablo Ruz al frente, abrió causa penal contra los presuntos responsables de delitos económicos cuando estaban al mando de Pescanova.

La instrucción del sumario sigue abierta, y abogados de personados en la acusación no encuentran más explicación para justificar la demora del procedimiento que la confluencia de tantos casos, y tan complejos, en la misma sala.

Demasiados taiwaneses

«El fiscal acaba de formular acusación en el asunto de Nueva Rumasa, y hasta ahora no tenía tiempo para Pescanova; y el juez también está muy cargado con los Pujol y la extradición a China de 280 taiwaneses detenidos en la operación Wall», explican los abogados, que confían en que el carpetazo al caso Pescanova se produzca antes del verano, con casi un año de retraso sobre lo que estaba en principio previsto.

Aunque con menos repercusión mediática en el resto de España, Pescanova también es un asunto judicial complejo, por la cantidad de documentación requerida a la empresa, a la CNMV y a una veintena de entidades financieras nacionales e internacionales, auditores, consultores y medio centenar de testigos.

La instrucción se ha demorado por las comisiones rogatorias enviadas por el juez para tratar de averiguar si el principal imputado, Manuel Fernández de Sousa, expresidente de Pescanova, tiene bienes en paraísos fiscales.

Y las diligencias continúan. Entre las más recientes, la decretada a finales del febrero por De la Mata, a petición de Fernández de Sousa, para exigir documentación a UBI Banca que tumbe su petición de fianza.

El juicio que no llega

«UBI ya ha capitalizado sus deudas en condiciones beneficiosas, y hoy comparte la propiedad y la gestión de Nueva Pescanova», dice. Para demostrar la participación de este banco en la empresa, pide al juez que llame a declarar a Senén Touza, por su papel como administrador concursal.

Y mientras, al caso siguen sin culpables. En mayo del 2013, el entonces juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz decidió investigar a Manuel Fernández de Sousa por varios presuntos delitos. Entre ellos, los de falseamiento de información económica, falseamiento de cuentas y uso de información privilegiada.

Una veintena de responsables de alguna manera de las cuentas de la empresa, que llegó a acumular casi 4.000 millones de deuda, han prestado declaración. En la relación de acusados que encabeza De Sousa destacan los nombres de los exconsejeros Alfonso Paz Andrade, Fernando Fernández de Sousa, José Alberto Barreras y Antonio Pérez-Nievas, además de buena parte del anterior equipo de dirección y algunos de sus familiares directos, entre ellos su esposa, Rosario Andrade (investigada en una pieza separada), y también el hijo de ambos, Pablo Fernández.

Una compañía aún en pérdidas, pero rumbo a la solvencia

Pocas empresas que hayan caído en un agujero de 4.000 millones de profundidad han logrado salir con vida, y sin casi rasguños en la marca. Pescanova es una de esas excepciones que ya se estudian como caso de éxito en la especialidad de Derecho Concursal.

En octubre del 2015, los siete mayores acreedores financieros (Popular, Sabadell, Abanca, Bankia, Caixabank, BBVA y UBI) tomaron el control del grupo pesquero, que ahora preside el ex alto cargo del Popular Jacobo González-Robatto y gestiona Ignacio González en calidad de consejero delegado, y que no quiere desaprovechar esta segunda vida. Estos son ahora sus retos.

Ampliación de capital

2016 en pérdidas. Los administradores de Nueva Pescanova estiman que la compañía cerró el ejercicio 2016 con pérdidas de 37 millones de euros. Una vez inyectados los 400 millones de la ampliación de capital la firma ya solo perdería 7 en el ejercicio 2017, para después ganar 10 en el 2018, otros 24 en el 2019 y 38 en el 2020.

Mercado

A vender un 50 % más. Las ventas ajustadas de la firma en el 2016 fueron de 1.078 millones. De seguir el plan de actuación trazado, la facturación aumentaría un 35 %, hasta los 1.445 millones en el 2020. Además de una fuerte ofensiva comercial, con el foco puesto en EE. UU., la empresa apuesta por la diversificación de productos y para ello se lanzará al cultivo de lenguado y explorará posibilidades como el pulpo, la sepia, el carabinero, el camarón o el mero.

Plantilla

Objetivo: paz social. Más de 700 trabajadores están convocados a hacer huelga los días 14 y 21 de marzo contra la propuesta de convenio. La dirección ha decidido no continuar la negociación mientras existan medidas de presión encima de la mesa, y la paz social, que permaneció en los momentos más críticos de la compañía, se ha convertido en un escollo en pleno relanzamiento del grupo.

Viejo accionariado

¿Dónde vas, Pescanova S. A.? En esta sociedad están desde Fernández de Sousa y Paz Andrade (ambos investigados) o el mayoritario fondo Broadbill hasta los 9.000 accionistas anónimos que no han vuelto a saber de su dinero desde que se suspendió la cotización, hace 4 años. Tienen un 20 % de la Nueva Pescanova, y tratan de parar por todos los medios, incluso por la vía legal, la ampliación de capital de la banca que los acabará diluyendo.