Otros portavoces sindicales no ocultaron su preocupación por las duplicidades que pueden llegar a generar una veintena de fábricas en Europa. «Puede que no nos toque a nosotros, o puede que sí. Pero lo que está claro es que si se confirma la compra van a sobrar fábricas y se van a destruir muchos puestos de trabajo, sea donde sea», advirtieron.
El comité de empresa de Opel manifestó abiertamente su preocupación. Alertó de que «si General Motors y PSA mantienen negociaciones con el objetivo de vender, se trataría de una violación sin precedentes de los derechos de cogestión alemanes y europeos».
No es un problema que afecte solo a la planta de Zaragoza. Por eso avanzó que «el comité de empresa representará los intereses de todos los trabajadores de Opel Vauxhall en España y Europa de forma conjunta con los sindicatos europeos».