La Xunta confía en que la plaga de la patata no alcance las grandes zonas productoras

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Cómo distinguir una patata afectada por la plaga
La Voz

Agricultores de A Limia y Bergantiños siguen con preocupación la expansión de la polilla

09 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los técnicos de Medio Rural se muestran confiados en que las medidas adoptadas hasta ahora para contrarrestar la plaga de la patata -la polilla guatemalteca o Tecia solanivora- sirvan para frenar su expansión. De momento, no se ha detectado ni un solo caso fuera de los límites de los 31 concellos de Ferrolterra y A Mariña afectados, donde la polilla tiene incidencia en explotaciones de autoconsumo principalmente, con cifras discretas de producción. A ello se suma que se han llevado a cabo trabajos en las llamadas zonas fronterizas, donde se han colocado trampas. Ni Bergantiños ni A Limia, las dos grandes áreas en Galicia productoras de patata para su comercialización, lindan con estos municipios, por lo que la Xunta descarta que la plaga alcance a ambas comarcas, una situación que sí tendría unos efectos económicos devastadores.

En ambas áreas de Galicia se encuentran el 90 % de los productores que comercializan el tubérculo bajo el sello de la indicación xeográfica protexida (IXP) Pataca de Galicia, una denominación que engloba a 67 agricultores que producen 6 millones de kilos al año, más de un tercio de toda la producción gallega. Su presidente, Julio Gómez, lanzaba ayer un mensaje de tranquilidad después de reunirse con Belén do Campo, la directora xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias. «Nin a zona de Carballo nin a da Limia, a máis importante, están afectadas, pero sempre hai preocupación polo temor a que puidera estenderse; pero entendemos que as medidas en marcha van servir para solucionar o problema», vaticinó.

En relación con las medidas para el control de la plaga, hasta ahora se han adoptado iniciativas como la colocación de trampas para capturar el insecto, la aplicación de métodos fitosanitarios, la destrucción de lotes de patatas contaminadas y otras actuaciones para controlar la movilidad de los tubérculos. No habrá soluciones extraordinarias.

La Xunta reiteró ayer de nuevo la misma recomendación que viene lanzando, desde que empezó, a lo largo de los últimos días: concienciar a la población de los 31 municipios afectados de la necesidad de no llevar a cabo nuevas plantaciones para frenar así la expansión del insecto. Galicia se encuentra a la espera de la publicación por parte del Ministerio de Agricultura de un decreto que, salvo sorpresa, incluirá la prohibición expresa el cultivo en estas áreas durante dos años, así como el establecimiento de sanciones.

Ojo a la plantación tradicional

«Nós entendemos que moitos galegos plantan patacas para autoconsumo por tradición, pero nesas zonas afectadas queremos facer un chamamento á responsabilidade porque está en xogo unha actividade económica; por iso é tan importante a labor dos medios de comunicación para advertir a todos os cidadáns deses 31 concellos que sigan as recomendacións», advierte Belén do Campo. Una empresa que no es sencilla en un territorio como el gallego, marcado por la estructura minifundista de la propiedad y la dispersión poblacional. Del seguimiento real de las recomendaciones en todos esos municipios depende el éxito de que la plaga de la patata no avance.

«Imos manter un encontro con todos os produtores de A Limia e Bergantiños para informarlles sobre os traballos levados a cabo e trasladarlles unha mensaxe de tranquilidade», explicó ayer la directora xeral.

Sobre las críticas llevadas a cabo por los partidos de la oposición en relación con la falta de medidas, desde Medio Rural precisan que, desde que se tuvo conocimiento de la existencia de la plaga, en el 2015, se llevaron a cabo acciones dirigidas a agricultores, almacenistas y distribuidores.

«Non é certo que non se fixera nada: do 2015 ao 2016 retiramos 6.500 quilos de pataca nas zonas afectadas; podo dicir que se deron charlas en todas as oficinas agrarias, que se repartiu un folleto informativo no que se explicaba como actuar e que medidas adoptar no relativo ás trampas, á semente libre de praga, a destruír os tubérculos danados; houbo un traballo nas parcelas e de medidas de control en almacén para separar as patacas de semente das de consumo, así como medidas de desinfección», precisa Belén do Campo, quien agrega que la existencia y expansión de la polilla se aprecia una vez colocado el sistema de trampas.