Jesús Sanmartín: «La gente anhela morir en Madrid para dejar más herencia»

g. l. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

EDUARDO PEREZ

El presidente del Registro de Economistas de Asesores Fiscales clausura las jornadas técnicas sobre fiscalidad que organiza el Colegio de Economistas de A Coruña

03 feb 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

Asturiano con raíces gallegas, Jesús Sanmartín clausura hoy las jornadas técnicas sobre fiscalidad que organiza el Colegio de Economistas de A Coruña y lo hace con una conferencia en la que desgranará cómo deben tributar los hipotecados que consigan la devolución de la cláusula suelo o de los gastos de formalización del préstamo.

-En el caso de las cláusulas suelo, ¿cómo hay que ajustar cuentas?

-Las cantidades que se cobren no tributan, ni tampoco los intereses, pero deberán devolver los incentivos que se han aplicado, que es la deducción por vivienda, que tendrán que devolver pero sin intereses de demora. Se hará en la declaración de la renta del año en el que se llegue al acuerdo. Si es en este, será en la declaración que se presenta en el 2018.

-¿Y qué pasa con los que cobraron antes de que el Gobierno estableciese las nuevas normas?

-Tienen derecho a que les devuelvan los intereses de demora que han pagado y también lo que tributaron por las ganancias patrimoniales de los intereses moratorios. Se les da el mismo trato que a los demás.

-¿Qué ocurre con los gastos de formalización de la hipoteca?

-En ese caso lo que no está claro es quién tiene que asumir el impuesto de actos jurídicos documentados. Hay jurisprudencia confusa. La última sentencia del Supremo obliga el banco a devolverlo, pero hay otros fallos que dicen lo contrario. Hay que ver cómo queda ese gasto, pero en los otros está claro que le corresponden al prestamista, salvo los de seguro. Tributariamente, el trato será el mismo que en las cláusulas suelo: si los dedujiste tendrás que devolver el incentivo en la declaración de la renta.

-Hay malestar en las empresas por los cambios en el impuesto de sociedades, ¿cómo lo valoran?

-Son cambios condicionados por la situación de déficit que tiene el país. El Gobierno busca tributación, pero es cierto que lo hizo de forma sorpresiva y que hizo polvo las previsiones de tesorería de los grandes grupos.

-Ustedes en su día propusieron una reforma integral del impuesto, para incrementar la recaudación.

-Llegar a la recaudación de sociedades que hubo antes de la crisis es muy complicado, pero sí hay cuestiones que hay que retocar, porque el esfuerzo de los contribuyentes de renta es mayor que el de sociedades. El problema del impuesto de sociedades es que tiene muchísimos regímenes especiales, que es donde se resiente la recaudación y hace que las empresas con menos estructura sean al final las que más pagan.

-El Gobierno insiste que no va a tocar el IRPF ni el IVA...

-Es difícil retocar el IRPF para recaudar más, porque los contribuyentes ya están haciendo un gran esfuerzo. En el IVA sí que se podrían subir los tipos de algunos productos para recaudar más. Sería la medida más fácil, aunque puede retraer el consumo.

-¿Pero es viable cumplir con el objetivo de déficit solo con las medidas anunciadas?

-No. Pero bajar el déficit no pasa solo por recaudar más impuestos, sino por rebajar el gasto.

-En pleno debate sobre financiación autonómica, hay comunidades que piden que se armonicen los impuestos para evitar una guerra fiscal: ¿sería positivo?

-No puede haber esta pelea tributaria en impuestos tan sensibles como el de patrimonio o el de sucesiones. Yo siempre digo, y hace mucha gracia, que la gente en Asturias anhela morir en Madrid porque les deja más dinero a sus herederos, y algunos se meten en líos para cambiar su domicilio. Eso no puede ser. Lo sensato es que haya un mínimo y que, a partir de ahí, la autonomía que quiera cobrar un poco más lo haga.