La polilla amenaza a la patata gallega

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZRIBADEO / LA VOZ

ECONOMÍA

ÁNGEL MANSO

Agricultura prepara un decreto que vetará el cultivo del tubérculo en varias zonas por una plaga

02 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La plaga de la patata causada por la polilla guatemalteca (Tecia solanivora), que se extiende por Galicia y Asturias, constituye un riesgo que el Ministerio de Medio Ambiente quiere atajar de raíz. Para ello, ultima un decreto, cuya aprobación será en el plazo de dos meses, prohibiendo la plantación del tubérculo en los municipios afectados. En Galicia, a expensas de conocer los datos de la Xunta, se estima que hay al menos 19, según el director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación del Principado, Jesús Casas.

Ministerio Agricultura

En Asturias hay tres municipios (Vegadeo, San Tirso de Abres y Castropol) limítrofes con Galicia, donde en octubre del año pasado se declaró una cuarentena y se prohibió el movimiento de patatas. Entonces, la Administración asturiana decidió establecer un control exhaustivo sobre la patata que era introducida desde Galicia, facilitó a los productores trampas para la polilla y organizó charlas. Desde que se detectó la plaga hace dos años, el Gobierno asturiano ha recogido unos 4.000 kilos de patatas infectadas, por las que pagó 30 céntimos el kilo a los particulares, para incinerarlas. Pese a ello, la plaga se extiende por Asturias y, aún sin ser declarados en cuarentena, se ha detectado la presencia de la polilla en Taramundi, Valdés, Navia y Cudillero.

En Galicia, en noviembre del 2015 Medio Rural reconocía oficialmente la plaga en la zona de Ferrol, Narón y Neda y meses después decretaba también una cuarentena en Viveiro, Xove, Cervo, Foz y O Valadouro, en A Mariña lucense. Ahora se cree que toda la comarca está afectada.

Galicia y Asturias son los primeros infestados por esta polilla en Europa continental (en Canarias alcanza a todo el archipiélago y está prohibido sacar patatas de la isla) por lo que, en caso de extenderse al resto de la Península, Bruselas podría vetar la exportación del tubérculo español. De ahí el decreto que prepara el ministerio y que prevé prohibir plantar patatas durante dos años en los municipios afectados.

Ayer, Jesús Casas aclaró que no está prohibido plantar el tubérculo, pero avanzó que es muy probable que se haga. «El borrador de ese decreto dice que en las zonas de alta afección hay que ordenar su retirada. Hoy por hoy la gente puede seguir su vida normal, pero a corto plazo ocurrirán cosas y habrá que levantar los cultivos. El vecino es el que decide, pero es razonable que digamos las cosas». Y añadió: «Estamos haciendo una norma transitoria con Galicia hasta que llegue el decreto. Más trampas, vigilar más los almacenes de patata, controlar y regular los mercados locales (...). Si el ministerio o Galicia deciden adelantar la prohibición, nosotros lo miraremos».

Conviene recalcar que la plaga no es nociva para el hombre. Solo provoca que se pierda la patata (la destroza por dentro), algo que ya están notando en las zonas afectadas, aunque no son lugares en los que esta producción tenga una gran importancia.

En cambio, en un lugar con fuerte arraigo, como A Limia, en Ourense, en poco más de un par de meses el coste de las principales variedades de tubérculo ha pasado de 23 o 25 céntimos el kilo a rozar los 40, según informa Sindo Martínez. En este caso se junta una escasa producción a nivel nacional -por la climatología- con una fuerte demanda por parte de grandes superficie y de fábricas de patatas fritas.