El grupo aprueba el plan de negocio hasta el 2020 en el que invertirá 125 millones
20 ene 2017 . Actualizado a las 01:20 h.La ampliación de capital que necesita Pescanova para despegar con fuerza y despejar su futuro a medio plazo ya es un hecho, solo a expensas de su ratificación por parte de la junta de accionistas de la sociedad.
El consejo de administración de la compañía aprobó ayer la operación de capitalización de créditos por una suma que oscila entre 300 y 400 millones de euros, según la versión oficial, y que se situará en torno a los 350, según fuentes financieras.
«La empresa ha alcanzado un acuerdo con los acreedores y socios titulares de más del 75 % de la deuda y del capital actual del grupo para capitalizar parte de sus créditos», confirmó la firma en un comunicado, en el que también da cuenta de la aprobación del plan de estratégico y de viabilidad de Pescanova hasta el 2020.
Con esa capitalización, el grupo fuerte, el también denominado G7 (integrado por Caixabank, Sabadell, Popular, Abanca, BBVA, Bankia y UBI) situará su peso por encima de los 300 millones, por lo que continuará teniendo más del 50 % del capital de Pescanova.
La novedad es que esta operación supondrá una fuerte subida de la banca extranjera, en especial del HSBC (que ahora tiene el 8,9 %) y de los fondos de inversión, como SVP (con el 6,2 %), que alcanzarán más del 40 %, como consecuencia de la diferencia de calidad de la deuda a capitalizar.
El reparto accionarial de los bancos acreedores en Nueva Pescanova, antes de que se lleve a cabo la ampliación prevista para antes de fin de año, sitúa a Caixabank como primer propietario bancario, con algo más del 15 % de la empresa, seguido de Sabadell (14,6), Popular (9,8), Abanca (más del 8), BBVA (6,2), Bankia (5,1) y el italiano UBI (2,8).
La ampliación es imprescindible y necesaria para que la multinacional pueda acometer un plan de negocio que requiere una inversión de 125 millones de euros en los próximos 4 años, de los que 65 irán destinados a gastos de mantenimiento de la compleja infraestructura del grupo; y alrededor de 60 millones más financiarán inversiones generadoras de capital, según explican fuentes cercanas a la empresa.
Bueno para Galicia
Jacobo González-Robatto, presidente de la compañía, afirmó en el mismo comunicado difundido ayer que lo acordado por el consejo «es una magnífica noticia para la industria en Galicia y un voto de confianza a las más de 12.000 personas que forman el Grupo Nueva Pescanova».
También avanzó algunas claves de futuro al explicar que, con la operación de capitalización en marcha, «la compañía podrá proceder a la necesaria renovación de la flota pesquera y modernización de las plantas de producción, así como acometer la transformación de las instalaciones situadas en O Grove en un centro tecnológico de I+D+i, el Pescanova Biomarine Center».
Los accionistas de la vieja sociedad, cuatro años sin cotizar y al borde de la dilución
Con la ampliación de capital ya aprobada por el consejo de administración de Pescanova, el antiguo accionariado, es decir, Pescanova SA, parece tener los días contados. En esta sociedad están desde Fernández de Sousa y Paz Andrade (ambos investigados) hasta Masaveu y Broadbill, pasando por los cerca de 9.000 accionistas anónimos que no han vuelto a saber nada más de su dinero desde que se suspendió la cotización, hace de eso ya casi cuatro años.
Se han quedado con el 20 % de Nueva Pescanova, la sociedad que ahora controlan los siete mayores bancos acreedores del grupo, pero esa participación está a punto de diluirse a la mínima expresión (se quedará por debajo de un 5 %) con la ampliación de capital que los nuevos dueños acaban de pactar.
Pescanova SA no quiso pronunciarse ayer sobre su futuro inminente «hasta que se haya revisado todo de forma detenida». Tiene dos opciones, entrar en la ampliación (para lo cual carece de recursos propios) o diluirse. Una tercera vía sería la impugnación legal de la ampliación, medida que no está del todo descartada.