El absentismo laboral repunta con fuerza en Galicia con la recuperación

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Absentismo y bajas
La Voz

Hasta septiembre se han tramitado 12.777 bajas, más que en todo el año 2015

18 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El absentismo laboral vuelve a coger fuerza en Galicia coincidiendo con la recuperación de la economía. La ausencia de trabajadores de sus puestos en las empresas había sufrido un brusco descenso en los años más duros de la crisis económica, pero ahora sucede justo lo contrario. Según los datos facilitados por la Seguridad Social, hasta el mes de septiembre Galicia acumulaba ya un total de 12.777 bajas, más que todas las contabilizadas en el ejercicio 2015, que sumaron un total de 11.708.

Los datos oficiales son inequívocos. La tasa de incidencia de las bajas estaba en la comunidad gallega en el año 2013 en 13,78 trabajadores por cada mil, casi la mitad de la que había en el 2008, justo antes de la grave crisis económica desencadenada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Ahora, en cambio, repunta hasta 16,42, último dato facilitado por la Seguridad Social en el mes de septiembre. En España se situaría en 21,5.

Ausencias más largas

José Antonio Neira, de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), reconoce que la tasa de incidencia es menor que la media nacional, pero advierte que la duración media de las bajas es mucho más alta en la comunidad gallega. «Esto es algo que viene produciéndose ya desde hace tiempo», aclara. El tiempo medio de una incapacidad temporal está ahora en la comunidad gallega en 60,63 días, cuando la media de España se sitúa en 38,61.

El último informe de Adecco sobre absentismo laboral, un trabajo elaborado por el IESE, Garrigues, las mutuas y la propia Seguridad Social, muestra que en el 2015 fueron las comunidades de Baleares, Madrid, Galicia, Canarias, Cantabria y Murcia las que presentaron más horas efectivas trabajadas, todas por encima de la media española.

Ese documento asegura que, durante el año pasado, el gasto directo de la incapacidad temporal para las empresas españolas fue de 3.857 millones de euros, y que el coste de oportunidad en términos de bienes y servicios que se dejaron de producir ascendió a 52.387 millones. Los trastornos músculo-esqueléticos, traumáticos y psiquiátricos suponen casi las dos terceras partes de los días de incapacidad que hubo en España el pasado año. El informe de Adecco define la tasa de absentismo como el porcentaje de las horas no trabajadas (sin contar vacaciones, festivos ni horas perdidas debido a ERTE) respecto a la jornada pactada efectiva.

Cambio de rumbo

«El año 2014 marcó el final de una tendencia de reducción del absentismo que había durado seis años, desde el 2008 hasta el 2013, y en el 2015 se comprueba un cambio de tendencia», aclara Javier Blasco, director jurídico de Adecco, consultora líder en el sector de recursos humanos en España.

Los últimos datos actualizados por Asepeyo, por ejemplo, muestran que el absentismo laboral se ha disparado en España en el 2016. La mutua estima un coste directo de unos 8.000 millones de euros porque no solo incluye el coste para las empresas, sino también el de las prestaciones de la Seguridad Social.

Las bajas por contingencias comunes han aumentado en España hasta septiembre un 10,6 % en tasa interanual, con cerca de 376.000 casos de incapacidad temporal registrados a causa de accidentes o enfermedad, lo que ha generado un déficit entre los gastos y los ingresos de las cuotas para cubrir estas eventualidades.

La causa: ¿precariedad laboral o generosidad del sistema?

El absentismo laboral es un fenómeno complejo sobre el que no existe consenso. Tanto es así que los expertos no se ponen de acuerdo ni siquiera en la definición. Los hay que sostienen que las ausencias justificadas por motivos de salud no deberían computarse. El debate en este campo está servido

Desde Comisiones Obreras en Galicia advierten que el repunte de este problema coincidiendo con la recuperación obedece, en gran medida, al elevado peso que tiene la precariedad laboral y un sistema de condiciones de trabajo no saludable. «Hay que intervenir sobre las causas de los problemas y no sobre las personas, señalándolas y culpabilizándolas», asegura Maica Bouza.

La representante sindical sostiene que «no solo ha habido un empeoramiento de las condiciones de trabajo, cada vez más precarias, también se ha frenado el gasto en actuaciones preventivas en las empresas, lo que ha generado una mayor exposición a los riesgos laborales y a los daños derivados del trabajo».

Un análisis que contrasta, por ejemplo, con el que hace Javier Blasco, director jurídico de Adecco. «El absentismo está reputando de forma clara y sostenida, coincidiendo con la recuperación. ¿A qué obedece esta coincidencia? Yo creo que hay un efecto confianza y una relajación en los controles», precisa este abogado.

Los mecanismos

A su juicio, hay muchas variables que pueden influir en los niveles de absentismo, como la educación y la cultura de la población, o el peso de los seguros privados. Pero, según Blasco, la clave está, sobre todo, en el tipo de sistema de prestaciones. «Cuánto más generoso es el sistema más jugosa es la posibilidad de fraude, más cálculo hay de que se puede estar mejor cobrando una prestación que trabajando. ¿Esto quiere decir que todas las bajas son así? Indudablemente no, pero está estudiado a nivel comparado en la OCDE que a mayor generosidad del sistema mayor prevalencia del absentismo», explica Blasco.

El sector servicios, en cabeza

Por sectores económicos, la tasa de absentismo, según Adecco, más elevada está ahora en el sector servicios. Allí se eleva hasta el 4,9 %. Le siguen la industria, donde se sitúa en el 4,6 %, y la construcción, sector en el que alcanza el 3,2 %.