Marta Fernández Currás hace las maletas y deja la Secretaría de Estado de Presupuestos

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

benito ordoñez

La exconselleira de Facenda es uno de los cambios de Montoro

10 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Fernández Currás (Vigo, 1963) dejará esta semana la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, cargo que ocupa en el Ministerio de Hacienda desde que Cristóbal Montoro la incorporó al primer Gobierno de Rajoy en diciembre del 2011, procedente de la Consellería de Facenda de la Xunta. Su relevo, previsto para el próximo Consejo de Ministros, se suma a otros ya conocidos en el ministerio, como el del secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, o el probable de su homólogo de Administraciones Públicas, Antonio Beteta. El primero regresará al sector privado, cumpliendo su compromiso de estar únicamente una legislatura en el Ejecutivo. Diferente es el caso de Beteta, que sopesa su jubilación.

Sin embargo, en la marcha de Fernández Currás, ya conocida por su círculo más próximo, solo hay seguro que pasará más tiempo en su casa de A Coruña -donde nunca ha dejado de residir, pese a estar en Madrid durante la semana-, ya que aunque en las quinielas sobre su futuro no se descarta un posible regreso al Gobierno de la Xunta que prepara su antiguo jefe, Alberto Núñez Feijoo, las fuentes próximas consultadas la sitúan más probablemente en el sector privado o de vuelta a la Administración como técnica.

Casada, sin hijos, tímida y muy deportista, es inspectora de Hacienda e interventora del Estado, y en su extenso currículo figuran desde la jefatura del departamento de recaudación de la Agencia Tributaria en Galicia hasta la máxima responsabilidad en la comunidad del Instituto de Estudios Fiscales del Ministerio de Economía, pasando por la docencia en la Universidad de Santiago de Compostela, donde fue profesora asociada de Hacienda Pública y Sistemas Fiscales en la Facultad de Económicas.

Fue también la primera mujer que ocupó el cargo de interventora xeral de la Xunta con el Gobierno bipartito, donde permaneció dos años y al que renunció en el 2007 por desavenencias con el exconselleiro José Ramón Fernández Antonio. 

Perfil técnico e independiente

Precisamente su perfil, de altísima especialización técnica y muy independiente, fue su principal activo en sus cargos políticos, al frente primero de la consellería y luego en la secretaría de Estado. En ambos tuvo que lidiar con situaciones tan complicadas como la fusión de las cajas gallegas, cuya viabilidad defendió, y el diseño de Presupuestos Generales del Estado que permitieran cumplir los objetivos de déficit establecidos por Bruselas.

Este asunto, de hecho, fue uno de los que más desgaste ha supuesto para su hoja de servicios, ya que, si bien las cuentas públicas en la última legislatura lograron reconducir los disparados niveles de déficit heredados del Gobierno de Zapatero, no consiguieron cumplir con los límites marcados por la Comisión Europea, obligando a una renegociación tras otra. 

Preparando el techo de gasto

En la defensa de sus últimos Presupuestos en el Congreso -los del 2016-, Fernández Currás sostuvo que el Ejecutivo había elegido la austeridad, pero que no había abusado de ella para no estrangular el crecimiento, en línea con la senda fiscal iniciada en diciembre del 2011, en medio de la peor etapa de la crisis económica. Fiel a su perfil metódico y profesional, las fuentes consultadas confirmaban ayer que, pese a tener ya un pie fuera del ministerio, la gallega estaba «preparando el techo de gasto», que el Consejo de Ministros aprobará probablemente antes de que finalice este mes.

De perfil técnico, su reto principal fue diseñar cuentas austeras para cumplir con la UE

Viguesa afincada en A Coruña, es interventora del Estado e inspectora de Hacienda

El virtual corte de cinta de la nueva nave logística y de aparcamiento de PSA supuso la presentación en sociedad de Frédéric Puech como director de la planta viguesa, cargo en el que sustituyó a Yann Martin el pasado mes de septiembre. En su primer acto público dijo estar dispuesto a trabajar «con la máxima intensidad» para que la factoría de Balaídos siga siendo «una de las mejores» de Europa. «Me comprometo a trabajar para que Vigo siga siendo un lugar de referencia de la industria de la automoción», afirmó.

Se mostró convencido de que, cuando pase el tiempo, la jornada de ayer se recordará como uno de los grandes hitos que han ido marcando el devenir de la factoría durante sus casi 60 años. «Le vamos sacar un buen partido a esta nave», aseveró.

Puech agradeció la implicación de las Administraciones, en especial de la Zona Franca, Xunta y Concello de Vigo, en la transformación de la fábrica, «que se completará a medio plazo con el nacimiento de dos nuevos modelos y a más largo plazo con la implantación de la factoría 4.0».

Valoró asimismo no solo que se haya conseguido integrar el nuevo edificio en el entorno, sino que se ha hecho con «racionalidad y contención de gasto».

Puech llega a Vigo en un momento especialmente delicado para la planta, ya que por una parte la demanda del mercado europeo le ha obligado a rebajar las previsiones de producción y, por otra, tiene que mantener el ajuste de plantilla hasta que los dos nuevos modelos lleguen al mercado. Será en el 2020. La buena noticia es que le garantizan una década de trabajo.